Seyran Ateş llevaba mucho tiempo esperando a que apareciera una mezquita en la que sentirse libre. Y como no aparecía, decidió fundarla ella misma: un pequeño centro religioso en el que caben mujeres y hombres juntos, fieles de todas las ramas del islam y de cualquier nacionalidad, y donde los homosexuales son bienvenidos. Seyran Ateş. […]
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