Pequeña Palestina:  Diario de un sitio

Esta semana comienza ALFILM (20-26 abril), el festival de cine árabe de Berlín. Allí se puede ver Little Palestine. Diary of a siege (2021), un film dirigido por Abdallah Al-Khatib. Un film lúcido, poético y conmovedor. Un film indispensable.

Una cámara puede ser un arma de combate. Pero también puede convertirse en una ventana. Es lo que sucede cuando Abdallah Al-Khativ toma la cámara y entre 2013 y 2015 filma el sitio que sufre el campo de refugiados palestinos de Yarmouk. Son tiempos de la revolución siria y de enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y fuerzas de la oposición. El régimen de Bashar Al-Assad bloquea todos los accesos a Yarmouk, que también es bombardeado. Se instalan puestos de control, se impide todo abastecimiento: comienza la escasez de alimentos, de agua, de insumos médicos, se suceden los cortes de electricidad. El que fuera un centro vibrante de la diáspora palestina y alberga también a refugiados sirios se convierte en un infierno. Condenado al hambre. Pequeña Palestina: Diario de un sitio es el registro y testimonio de un pueblo en resistencia. 18.000 refugiados con 3500 niños.

“El sitio es tan largo como un día en prisión. Como una vía férrea en el desierto en un caluroso día de verano. Es un camino que lleva a la locura o al suicidio. Bajo sitio, el tiempo es la verdadera prisión de los sitiados. Cuidado. El tiempo mata a los que lo siguen. Déjalo en paz. Llena el vacío de sentido tanto como puedas.”

Abdallah Al-Khativ, Las cuarenta reglas del sitio

Abdallah Al-Khativ (1989) es sirio palestino, nacido y crecido en Yarmouk, el mayor campo de refugiados palestinos desde la creación del Estado de Israel y la Nakba. Otrora el corazón palestino de Siria. Ubicado desde 1957 dentro de la gobernación de Damasco. Con los años prácticamente devenido un suburbio de la capital del país.

Como un diálogo consigo mismo Abdallah va escribiendo durante el sitio un texto sobre su experiencia y lo va publicando en su página de Facebook. El texto se titula Las cuarenta reglas del sitio. “La primera regla se refiere al tiempo”, señala, “porque el sitio es el tiempo. La noción de día cambia. El día no empieza con la salida del sol, ni termina con la puesta del sol. El día comienza con el primer bocado de comida que se ingiere y termina con el último. En el sitio, la gente ya no se refiere a los saludos habituales de la mañana o la tarde, sino que pregunta: «¿Qué has comido hoy?». Ya no importa si es viernes o sábado. Los movimientos de la gente están relacionados con la búsqueda de alimentos, y el tiempo está vinculado a la comida. El tiempo en el sitio es largo y mórbido. El día no siempre termina. Pero si se encuentra comida, el tiempo se acelera y el día concluye.”

El texto de las cuarenta reglas será el que finalmente estructure desde la voz en off el documental. En conjunción con las imágenes hará que el testimonio se convierta también en un ensayo poético –aun cuando de inevitable dura poesía– sobre el sitio de Yarmouk. Y sobre todos los sitios.

«Bajo sitio, caminar es un ritual de supervivencia. El ejercicio último de la libertad, el entrenamiento para el aislamiento impuesto por la oscuridad del hogar. Bajo sitio, la gente camina sin cesar en barrios con fronteras fragmentadas. Recogen trozos de sonrisas con los que la muerte no tropezó la noche anterior. Buscan comida entre las malezas que crecen secretamente en las esquinas de las aceras. Caminar bajo sitio es la última arma para defender los detalles. Camina todo lo que puedas. Pero no pisotees nada que algún día tengas que comer. Camina sobre el aire.»

Abdallah Al-Khativ, Las cuarenta reglas del sitio

“Busca sentido en un camino limpio después de la destrucción que provocó un avión. Toma una escoba. Busca sentido en un niño cuya sonrisa resiste el asedio. Haz un avión de papel. Busca sentido en los detalles que temes que desaparezcan. Toma una cámara.”

Abdallah Al-Khativ, Las cuarenta reglas del sitio

La amistad y los acontecimientos son los que convierten a Abdallah en cineasta. Un día antes de partir de Yarmouk su amigo, el actor y director Hassan Hassan, deja en sus manos su cámara. Hassan Hassan será detenido y morirá bajo tortura. Filmar será un legado. Apuntalado por tres motivos: el pueblo palestino ha vivido otras masacres –en Palestina, en el Líbano, en Jordania– pero entonces no hubo cámaras que las registraran. Es el momento de hacerlo. A decir verdad muchos están filmando –la revolución siria tiene ciertamente una impresionante cobertura mediática– pero lo hacen para vender a los medios. A diferencia de lo que ocurre con las imágenes de la guerra que alimentan esa industria y la maquinaria del poder, para Abdallah hay una palabra que es fundamental: dignidad. Quiere mostrar a la gente de Yarmouk con toda su dignidad. Y mostrar todos los recursos que utilizan para sobrevivir, para resistir el asedio. Documentando la experiencia humana con las contradicciones que traen aparejadas las circunstancias del bloqueo, la necesidad de supervivencia dentro del sitio. Las transformaciones a nivel social, en las relaciones entre las personas, y a nivel psicológico, en relación con uno mismo. “En el plano de lo social”, señala, “el cambio fue radical, sacando a la luz los aspectos más duros del alma humana, los oscuros y malvados, y los más nobles y bondadosos, todo a la vez”.

Abdallah acompaña en sus recorridas a su madre que se ha convertido en voluntaria enfermera y visita y asiste a personas mayores. –Con la revolución siria y el sitio de Yarmouk muchas mujeres han recuperado un rol social que incluso aquellas que, como su madre, habían sido luchadoras por la libertad, habían resignado en pos de las tareas de cuidado y de su rol en la familia. Madre e hijo serán sin quererlo protagonistas de esta historia.

Una historia narrada por una cámara que, aun dando cuenta de ello, no busca las imágenes de las víctimas de los bombardeos o los cuerpos esqueléticos de los muertos por inanición, sino las imágenes cotidianas de una vida que pese a todo continua. Imágenes que en el escenario del sitio cobran nuevas dimensiones, otra intensidad. Primeros planos captan los detalles: los ojos, las manos, los pies. Allí está condensado el sitio. Partiendo de una mirada el zoom se abre para mostrar a una mujer mayor sentada solitaria y en silencio en medio de la nada de la devastación de las ruinas. Allí están los contrastes, las pequeñas solidaridades, la celebración, los arrebatos, la decisión de lucha, la desesperanza, la resignación, la fuerza, la resiliencia. También las risas de los niños, otros protagonistas esenciales de este film al que aportan su espontaneidad, esa energía de la infancia que vive el momento, y también los comentarios más punzantes, la madurez más conmovedora.

“Con una cámara en la mano, de inmediato tienes una responsabilidad. La gente te pone en esa posición. Y tienes que estar a la altura de esa responsabilidad. Esperan mucho de la cámara, no de ti. En la situación de asedio, sienten que es una ventana a otro mundo», dice Abdallah Al-Khativ y agrega: «A la mayoría de las personas no las entrevisté, empezaron a hablar solas en cuanto vieron la cámara. Así que aprendí a callar. Aprendí a escuchar.”

Pequeña Palestina: Diario de un sitio nos abre también a nosotros, los espectadores, una invalorable ventana, lúcida y emotiva a la vez, profunda, sobre un trágico episodio –prácticamente silenciado, como tantas guerras– de la historia del pueblo palestino. Sobre crímenes de lesa humanidad. Sobre la experiencia humana.

Films de fuerza mayor, se llama una de las productoras de Pequeña Palestina: Diario de un sitio. En este caso, nada más exacto.

Trailer aquí.

Little Palestine. Diary of a Siege (v.o. subt. inglés) se proyecta en ALFILM, el festival de cine árabe de Berlín:

21.4.2022 | 19.00 | City Kino |
23.4.2022 | 20.00 | Kulturbrauerei |
con la presencia del director Abdallah Al-Khatib

ALFILM – Programa completo

Una selección de 44 películas, un foco: Lebanon: From Civil War to Chaos: A Tribute to Filmic Resistance y Atelier: un taller con directorxs de la diáspora árabe. Venta de entradas online. Más info ver aquí.

Todas las imágenes ©ALFILM

claudia baricco

(isa.kar.wai) - Un cine real o virtual es el living de mi casa. Los libros son mi otro hemisferio. En un mundo donde todo es político. Latitud: B y B – Buenos Aires-Berlín, dos ciudades de contrastes.

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