Alaña

Una obra de teatro en español, sobre españoles que viven en Berlín, escrita por… un alemán.

Muchas veces hablamos sobre cómo vemos a los alemanes: la cultura alemana, la burocracia alemana, la historia de Alemania, las dificultades con el alemán… Pero, ¿cómo nos ven ellos? Klaus S. Neumann (Berlín, Alemania, 1965) es un alemán que ha escrito una obra de teatro en español sobre los españoles que viven en Berlín. De hecho, ha partido de su relación con un español residente en la capital federal, Gonzalo Piñán, uno de los directores de la escuela de teatro de improvisación EsImproEscuela y del grupo de teatro BerlinEsImpro, a quien Desbandada ha entrevistado ya en dos ocasiones, y que recientemente ha empezado una aventura con mucho éxito a través del cine de improvisación en formato de corto, aventura de la que esperamos poder publicar una reseña el año entrante. Por su parte, Klaus S. Neumann ha intervenido ya en un programa de RTVE.

Le hemos planteado algunas preguntas. Estas han sido sus respuestas. Al final está a la disposición del lector uno de los fragmentos de la obra, a los que Klaus llama “Cuadros”, como si de una obra de teatro barroco español se tratara.

¿Puedes presentarte?

Escribo luego existo. Llevo escribiendo toda mi vida, aunque en las primeras décadas sin lápiz ni pantalla. Todos escribimos. Para mí soñar o ensoñar es  eso: crear historias. Me siento afortunado en cuanto a haber escrito/soñado en diferentes idiomas a lo largo de mi vida. Sin embargo es el castellano el idioma en el que se publican mis textos desde hace unos tres años. 

¿Qué autores u obras teatrales son tus referentes literarios?

No me considero un entendido del mundo teatral. Por este motivo no busco obras concretas o dramaturgos determinados. Confío en el gusto y los conocimientos de los expertos. En mi caso es la editorial con la que ahora he publicado la obra. Así he llegado a leer a Lorca, del Valle-Inclán o Jardiel Poncela. Las escritoras que actualmente me apasionan de verdad son dramaturgas contemporáneas como Olga Mínguez, Eugenia Kléber o Diana de Paco y por otro lado los escritores Antonio Miguel Morales, Juan García Larrondo o Chema Rodríguez-Calderón. Grandes figuras del teatro español.

¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir una obra de teatro en español?

Quería contar una historia. Quería plasmar unas ideas que una y otra vez se repetían durante las charlas con amigos o conocidos. En aquella época estaba yendo a clases de teatro de improvisación y me di cuenta que mi historia solo podría funcionar a través de personajes y sus palabras. Y de pronto lo vi muy claro. Tendría que ser un teatro (de improvisación) dentro del teatro (clásico) y así hacer hablar a mis personajes. Que ellos mismos contasen la historia. Y así pues, para tanto diálogo necesario y tanta charla no se prestaba un relato, una novela (corta) o incluso un ensayo. El teatro era el formato indicado. 

¿Cuáles fueron tus fuentes para escribirla, en qué te has inspirado?

Como punto de partida necesitaba un lugar concreto, porque desde el principio hay que tener en cuenta que la culminación para una obra de teatro es verla algún día en un escenario. Y conociendo el panorama actual quería un escenario de lo más sencillo posible. Uno que, sin grandes recursos económicos, se pudiera llegar a realizar en pequeños teatros de barrio, teatros independientes. Durante la escritura visualicé el ‘Atelier – tapas bar’, que hoy lamentablemente ya no existe. 

Y luego están las clases de improvisación y los espectáculos de la compañía. Los actores en sus presentaciones ofrecen el material para escribir cualquier tipo de teatro. Casi todas las escenas son sacadas de la vida real y a la vez muy exageradas. A veces con un humor al límite… 

¿Cómo creaste los personajes? ¿De dónde viene el conflicto que los mueve?

Klaus S. Neumann

La obra está basada en personas reales de mi entorno. Conociéndolas más o menos. Más bien menos. Españoles de carácter diferente. De vivencias diversas y procedencia opuesta. La creatividad literaria ha hecho lo demás. Había que añadir algunos detalles a cada persona, procurando que rozasen los extremos para llegar con más facilidad y humor a “la meta” de mi historia.

Los personajes son en su mayoría unos recién llegados a Berlín. Salvo ELEONOR que lleva ya unos años y está bastante alemanizada. Pero el PIÑA (el protagonista de la obra), la MUJER y CARLES acaban de llegar. Y el ANDALÚ, que es un alemán, quizá nunca ha llegado a Alemania del todo y sigue viviendo en/soñando con España donde había vivido muchos años, pero eso ya hace varios lustros.

No están en Berlín porque quieran estar. Están porque España no les ofrece ningún futuro. No hay trabajo para la mayoría de los jóvenes. Y la culpa la tiene… y la solución sería… y ya entramos en materia. Como son tan diferentes, cada un@ tiene una opinión diferente acerca de la culpa y de una posible salida de la crisis.

¿Cómo fue tu relación con el idioma a la hora de escribir el texto de la obra?

Llevo muchos años “viviendo en español”. Para mí es lo más natural expresarme en español. Lo raro hubiese sido, sería, escribir en alemán u otro idioma. Todo mi entorno, las personas cercanas, mi lectura, mi música es un mundo en español. El desafío consistía más en encontrar los registros lingüísticos adecuados. Es decir, ¿cómo hablan personas que tienen unos treinta años? ¿Cualés son sus expresiones preferidas? 

Es una cuestión que no tiene que ver con el idioma en sí, sino con la edad o el entorno. No sé cómo se expresan alemanes de treinta años, porque no los frecuento. No sé cómo hablan pastores con sus ovejas en el campo, porque no los frecuento. Y tampoco sé cómo hablan matrimonios de mi edad entre sí, porque no los frecuento.

La gente con la que más me rodeo es justamente la gente de ALAÑA. Y algunos mayores, de mi edad, que viven en España. Así que para escribir la obra me apoyaba en mis contactos, personas que “son” como los personajes de la obra.

¿Cómo hace un alemán para ponerse en la piel de un emigrante español y hablar de aspectos como la burocracia o la mentalidad alemana?

En los primeros años había mucha gente que me pedía ayuda para cuestiones burocráticas o laborales. O para pedirme consejo acerca de su pareja alemana. Unos hablaban a otros de mí y asi iba conociendo unos cuantos, pero casi siempre recién llegados. Y con el tiempo algunos de estos contactos se convirtieron en amistades duraderas. A causa de estas experiencias no he tenido que reflexionar mucho sobre este tema en la obra. He escrito lo que sabía de primera mano. 

¿Qué respuesta crees que van a tener los españoles al leer la obra? ¿Crees que realmente se van a sentir reflejados? Por ejemplo, cuando pareces decir que los conflictos entre madrileños y catalanes se trasladan a la vida cotidiana berlinesa.

Me imagino que habrá respuestas de todo tipo. Escribo en primer lugar para divertirme. Y con esta obra lo he conseguido al 100%. Acaso para compartir con algunos amigos. Si me llegaran respuestas negativas las escucharía. ¡Por supuesto! No puedo hablar en la obra de empatía para luego no escuchar a gente que tiene otra opinión. Y por experiencia también sé que un lector no siempre lee lo que ha escrito el autor. A veces hay interpretaciones… incomprensibles. Y entonces me interesa conocer el porqué.   

Mi intención nunca era conseguir que los españoles se viesen reflejados. ¿Y qué quiere decir “los españoles”? Entre tantos miles de ellos que viven en Berlín habrá todo tipo de percepción. Quizá cuanto más tiempo lleven en Berlín, menos reflejados se verán. 

Quiero resaltar que en la obra principalmente ¡no hablo de españoles en Berlín! Este detalle me parece importante a la hora de “evaluar” lo que se lee. Hablo de personas recién llegadas, en contra de su deseo, que vienen con todo su equipaje puesto. Con su mochila llena de problemas. Y su España en la mente y en los huesos. El conflicto entre madrileños y catalanes, lo he experimentado en mi entorno berlinés más de una vez. Y eso que la obra se terminó de escribir en marzo del 2019. Hoy observo además en las redes sociales unas discusiones, causadas por el Covid-19, donde vuelve a tener importancia la procedencia. Porque el trato de la pandemia en España va en gran parte por la responsabilidad de las autonomías. Y no hace tanto tiempo, cuando el conflicto en Cataluña llegó a su cumbre, sí que se trasladó también a la vida española en Berlín. Nadie de los que sueñan con volver a España puede cerrar los ojos ante lo que está pasando en su país. 

Pero que no se me entienda mal: no juzgo, no evalúo.  Intento reflejar una realidad que ocurre en mi mundo. Y habrá muchísimos que perciban la misma realidad… de otra manera.

En la obra hay mucho debate dialéctico, mucha discusión de ideas. También aparecen temas que en Alemania son importantes pero que en España tienen un tratamiento diferente, como el del machismo, el de la comida y las tapas, el de la emocionalidad de los españoles, o el nombre de uno de los personajes, «el Andalú». ¿No le da eso un toque muy alemán a la obra? ¿No es en parte caer en los estereotipos que se tiene en Alemania de los españoles?

Espero que sí, que se note un toque alemán en la obra. Es lo que soy. Y si desapareciesen mis raíces… tendría que hacerme unas cuantas preguntas. 

En cuanto al trato diferente de algunos temas, lo importante son los temas y que se les de su importancia. 

Y tampoco es “caer” en estereotipos. Están allí intencionadamente. Son una herramienta necesaria para explicar el mundo, el mío, visto desde fuera. Y necesaria, porque siempre tuve la vista puesta en el escenario. Defiendo que el humor, la risa, es una de las formas más eficaces para pararse a pensar. A reflexionar. A cambiar.  

Y quiero terminar con una reflexión detallada en el prólogo, escrito por Gonzalo Piñán: “En esta comedia Klaus también enseña el comportamiento más respetuoso, más cívico para con la persona que piensa diferente. Desde esta perspectiva es más fácil convivir. Este es para mi el tema principal de la obra, la convivencia.” 

El cuadro 16 es uno de los últimos. El personaje principal va a hablar de su proyecto de regreso, y eso parece generar una tensión que reproduce de alguna manera su propia relación conflictiva con Alemania. ¿Por qué has elegido ese cuadro para que conozcamos tu obra?

Ese cuadro lo ha elegido una amiga que conoce de memoria la obra, porque ha acompañado el proceso de la escritura desde el principio. Me ha parecido mejor preguntarle a alguien, porque yo no me puedo poner en la piel de un/a lector/a de esta obra. 

Este cuadro ofrece un lenguaje “callejero”, muchos insultos, estereotipos de lo más lindo y, ojalá, cause unas carcajadas o sonrisas en las personas que lo lean. También es el cuadro donde vemos los conflictos y las diferencias por un lado, pero por otro lado nos quedamos en la incertidumbre. ¿Cómo continuará? ¿Van a hacer las paces?  

Dejo aquí un extracto de la reseña del gran Salvador Robles, para resumir lo que les espera a l@s interesad@s:

“Alaña”, un canto al mestizaje cultural y a la solidaridad… Los personajes de “Alaña” -el título ya es una declaración clara de las intenciones del autor- desprenden humanidad y ternura… Un texto que emociona, un texto que invita a la reflexión, un texto que fortalece la empatía.”

Nada que añadir.

La obra está disponible en la librería Bartleby & Co.

Fragmento de ALAÑA, Cuadro nº 16, editado y distribuido por Ediciones Irreverentes, Madrid 2020.

Revista Desbandada

2 comentarios sobre “Alaña

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