El libro en español en Berlín (II)

Con este artículo continuamos el recorrido por los espacios dedicados al libro en español en nuestra ciudad.

Empezamos esta serie de artículos hablando de librerías, y seguimos con una de las bibliotecas más conocidas, la del Instituto Cervantes de Berlin, que recientemente ha abierto las salas de lectura, con algunas restricciones derivadas de las necesarias medidas de higiene que mantiene el gobierno de la Berlín. La biblioteca vivió una profunda renovación de sus instalaciones hace poco, y se reinauguró con la presencia del escritor peruano Mario Vargas Llosa, pero a causa de la Pandemia no la hemos podido disfrutar adecuadamente. Ahora, poco a poco, los lectores regresan a sus libros, y la Jefa de la biblioteca, Cristina Barón Martín, nos ha concedido esta entrevista en la que nos habla del presente y el futuro de la Biblioteca del centro.

Buenos días, Cristina. ¿Puedes presentarte?

Nací en Madrid, soy licenciada en Filosofía y en Documentación, vivo en Alemania desde hace más de 25 años, siempre vinculada a las bibliotecas del Instituto Cervantes. Empecé como bibliotecaria en el centro de Bremen, continué como responsable de la biblioteca del centro de Múnich, colaboré en la puesta en marcha de la biblioteca del centro de Frankfurt y formé parte del equipo que inauguró el Instituto Cervantes de Berlín, y por tanto su biblioteca, en el año 2003. Me reincorporé a este centro en 2019 para organizar su reapertura que tuvo lugar en septiembre del año pasado, tras un prolongado periodo de cierre.

Dentro de la oferta de libros en español que hay en Berlín, ¿cómo defines la identidad de la Biblioteca que diriges?

La biblioteca Mario Vargas Llosa del Instituto Cervantes de  Berlín es una biblioteca especializada en lengua española y culturas hispánicas que, por la tipología de usuarios a los que presta sus servicios, actúa también como biblioteca pública –está abierta a cualquier persona interesada- y sirve asimismo de apoyo a estudiantes e investigadores. En cualquier caso, son los usuarios quienes están en el centro de nuestro quehacer bibliotecario. Les ofrecemos un espacio muy agradable para trabajar -por su luz, arquitectura y equipamiento-, leer tranquilamente o dejarse inspirar por la oferta cultural y la colección disponible. Las secciones de español como lengua extranjera y didáctica para profesores, la literatura española e hispanoamericana, las películas y los documentales y la literatura infantil, son los ejes principales en los que se distribuye la colección. Pero hay mucho más: la biblioteca electrónica ofrece multitud de recursos (libros-e, audios, bases de datos, etc.) y nos permite prestar nuestros servicios más allá de la biblioteca física. El carácter híbrido propio de las bibliotecas actuales no afecta solo a la colección, sino que también se ha instalado en su labor de promoción de la lectura en español, en la difusión cultural.  

¿Qué relaciones hay entre la Biblioteca del IC y las otras bibliotecas de Berlín?

La biblioteca se inauguró en 2003 y estuvo bien integrada en el contexto bibliotecario berlinés (integración en catálogos colectivos y directorios especializados, colaboración con bibliotecas de los institutos culturales presentes en la ciudad y bibliotecas especializada en culturas hispánicas). Mantiene una relación de cooperación fluida con el Instituto iberoamericano de Berlín, si bien, tras tres años de cierre, tiene que reactivar su presencia en la ciudad. Ya se han iniciado los contactos con la Biblioteca Pablo Neruda de Friedrichshain, la biblioteca del Instituto Francés y esperamos reactivar nuestra cooperación con otras bibliotecas de la ciudad teniendo como trasfondo la Feria del Libro de Frankfurt 2022 en la que España es país invitado. 

¿Qué tipo de público suele visitaros en tiempos de normalidad?

El público que nos visita es muy variado:  en primer lugar, nuestros alumnos, usuarios alemanes que están aprendiendo español. También utilizan nuestros servicios los profesores de español, vinculados o no al Instituto. Otro grupo cuya importancia es cada vez mayor, es el público infantil. También nos visitan estudiantes de secundaria y universitarios, así como la comunidad hispana que reside en la ciudad. 

¿Cómo te planteas la interacción entre la labor de la biblioteca y la actividad cultural?

Las bibliotecas actuales han dejado de ser lugares dedicados fundamentalmente a la gestión de una colección. La colección, aun siendo muy importante, es un servicio más. Las bibliotecas son espacios de encuentro que sirven a las comunidades donde se ubican y precisamente en la era digital, al contrario de lo que cabía esperar, se ha incrementado el interés por la biblioteca física, por su espacio. En nuestro caso, plantear actividades culturales como apoyo al fomento de la lectura en español (tanto para adultos como para el público infantil) es vital para lograr asentarnos en un entorno local caracterizado por su oferta, muy rica y similar a la nuestra. Ya hemos empezado a organizar actividades culturales en entorno virtual (cuentacuentos, club de lectura) y en las próximas semanas, con algunas restricciones, también de forma presencial. Por ejemplo, en junio, hemos invitado al escritor Juan Gabriel Vásquez a charlar con nuestros lectores sobre los libros en español que han sido fundamentales para él. 

¿Cómo han afectado las medidas derivadas de la pandemia a tu actividad y cuál ha sido tu respuesta?

La pandemia nos ha afectado muy seriamente. Hay que tener en cuenta que la biblioteca reabrió sus puertas, tras tres años de cierre, en septiembre de 2020. Empezamos a funcionar y tuvimos que frenar. En cualquier caso, adoptando todas las medidas sanitarias establecidas, hemos logrado mantener la biblioteca abierta con perfil bajo (solo préstamo e inscripción de nuevos usuarios) durante todo este periodo. Asimismo, con un número de plazas muy limitadas, organizamos encuentros presenciales en la biblioteca con escritores como Cristina Morales, Sara Mesa y Juan Gómez Bárcena, en el marco del Festival de Literatura de Berlín de 2020.  Por otro lado, cuando no fue posible utilizar nuestro espacio, empezamos a plantear cuentacuentos en línea y charlas literarias en torno a libros o autores a través de Zoom (Horacio Castellanos Moya y Thomas Bernhard, “La débil mental” de Ariana Harwicz, “Nada” de Carmen Laforet). En nuestro canal YouTube han quedado registradas todas estas actividades.

La biblioteca ha vivido en los últimos dos años una interesante remodelación. ¿Cómo proyectas o imaginas el futuro de la Biblioteca del IC una vez terminen las medidas restrictivas derivadas de la pandemia?

Me imagino una biblioteca muy orientada hacia las necesidades de nuestros usuarios, con una colección viva en la que las personas que nos visitan puedan encontrar lo que necesitan y, por qué no, también descubran lo que no sabían que necesitaban; una biblioteca en la que puedan intervenir con sus propuestas respecto a la colección, los servicios y las actividades que se programen; un sitio acogedor para trabajar, para leer, que invite a permanecer; un lugar versátil que ofrezca un equipamiento tecnológico suficiente para permitir un aprovechamiento adecuado de los recursos (por ejemplo, prestaremos lectores de DVD para dar difusión a nuestra estupenda colección de cine) y servicios que ofrece, así como contribuir a cubrir las necedades de ocio, formación e información de nuestros usuarios.

Si alguien que está leyendo nuestra revista quiere obtener el carné de la biblioteca ¿cómo puede hacerlo?

Es facilísimo, en nuestra página web, desde la página de inicio, se puede acceder al formulario de inscripción. Solo hay que rellenarlo y nosotros nos ponemos en contacto con el interesado.  El carné de nuestra biblioteca cada vez incluye más servicios: además de permitir el acceso a la colección física, se puede con él utilizar la biblioteca electrónica y todos sus servicios asociados; entre ellos, destaco el club virtual de lectura, una experiencia interesantísima de lectura social en la que muchas veces participan los autores de las obras que se discuten.

Agradecemos a Cristina Barón todas las respuestas y animamos a los lectores de la revista Desbandada a acercarse a la biblioteca del Instituto Cervantes de Berlín y a inscribirse como usuario, para lo que no es necesario ir físicamente, pues se puede hacer de forma online, y a través del préstamo a distancia, pueden acceder al fondo de la biblioteca.

Revista Desbandada

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