Invasión de cine argentino: El silencio es un cuerpo que cae

El silencio es un cuerpo que cae (2017) y Playback. Ensayo de una despedida (2019) son un largometraje y un cortometraje de la cineasta argentina Agustina Comedi. Dos films en los que a partir de la biografía familiar se vuelve a dar cuerpo al deseo y se recogen cartas de amor silenciadas. Ambos se pueden ver en estos días en una edición especial online del festival berlinés Invasión: Primavera de documentales.

Hay historias que son de película. Y la historia que narra El silencio es un cuerpo que cae (2017) lo es. Una historia singular, sin duda, pero que no atrapa solo por ello, sino porque conmueve la forma en que miramos “la realidad”. Nuestra percepción de “la realidad”. Si alguien nos preguntara por nuestras vidas –nuestra historia–, nuestra respuesta sería la suma de lo que hemos ido percibiendo. ¿Pero qué sucedería si una cámara nos hubiera filmado a lo largo de los años y pudiésemos visionar ese material? ¿Si pudiéramos detener la imagen, hacer zoom en un detalle, en una persona en una esquina, en lo que sucedía a nuestro alrededor mientras nuestra atención estaba enfocada en otra cosa? Quizá descubriríamos que una persona ya se había cruzado en nuestras vidas antes de lo que creíamos. Lo intrascendente, aquello que vivimos como algo ordinario, aquello en lo que no reparamos podría cobrar nueva significación. Surgirían nuevas relaciones, una nueva historia que quizá nos haría otros. Veríamos por primera vez algo que nunca vimos antes. El silencio es un cuerpo que cae es, entre otras cosas, precisamente eso: la experiencia de lo maravilloso que es ver algo que no vimos nunca antes.

Jaime, el padre de Agustina Comedi, la directora, muere en 1999 en un accidente cuando ella tiene 12 años. En la calle un amigo de su padre le dirá: “El día en que vos naciste una parte de Jaime murió para siempre”. Poco a poco irá surgiendo una historia. El hombre sentado a la izquierda del padre en la foto de casamiento, el único que no tiene nombre, el testigo, es Néstor, el hombre con el que Jaime vivió once años antes de casarse. Jaime, que cuando ella nació se compró una cámara de video Panasonic y desde ese instante no cesó de filmar. Todo el tiempo, hasta el día de su muerte. Más de 100 horas de filmaciones. Videos caseros, de fiestas, viajes, reuniones familiares, actos escolares. A partir de esos VHS Agustina emprenderá la realización de este documental. El relato de una historia familiar que habla por partida doble de su vida y de la de su padre, que devela una historia de disidencia sexual y de activismo político en la ciudad argentina de Córdoba de los años setenta a los noventa. “¿Por qué esa historia era secreta y era silenciada?“, se preguntó la directora.

En un admirable trabajo de guión y edición Agustina Comedi logra conjugar brillante y sutilmente el material de archivo en video, fotográfico con entrevistas y nuevas escenas que se añaden a un relato guiado por su misma voz en off.  El color, la textura, el grano de la imagen, luces y sombras, el foco y el fuera de foco, la cámara en mano, los primeros planos que casi tocan los cuerpos desdibujan los límites entre formatos y materiales otorgando unidad. La biografía, en el sentido de una escritura de vida, es una escritura poética donde Comedi trabaja con cadencias, con repeticiones, con el sonido o la ausencia de sonido. Las entrevistas abren la historia personal a otras dimensiones: a lo político, lo social. Dejando lugar no solo a esa “Córdoba pacata” que se nombra en Playback. Ensayo de una despedida (2019), cortometraje de la misma directora dedicado a la escena drag y al grupo Kalas, sino también a aspectos menos conocidos o discutidos como la estigmatización de la homosexualidad dentro de organizaciones guerrilleras de los setenta como Montoneros o ERP, o de Vanguardia Comunista. También están allí su persecución durante la dictadura (1976-1983) y aún después, las fiestas, la celebración clandestina, el underground con la escena drag, el SIDA, el día en el que muere Freddy Mercury.  En un montaje que juega permanentemente con el contraste, la asociación, la ironía, bravías secuencias de doma en el campo –ese campo quintaesencia del imperativo masculino y la heteronorma donde transcurren muchas escenas de la película– ilustran la opinión experta de un psicólogo que alienta la posible “reversión” de la homosexualidad.

 “Durante muchos años, hacer esta película fue para mí un dilema”, comenta la directora. “¿Cómo contar la propia historia cuando también es la historia de otrxs? ¿Para qué contar secretos, cuando se puso tanto empeño en conservarlos y no precisamente con miseria o maldad? ¿Por qué intentar que otrxs hablen de eso que les cuesta tanto decir? Hace varios años, cuando en Argentina se sancionó la ley de matrimonio igualitario, una activista dijo que ese enorme triunfo no era solo nuestro, porque nosotrxs caminamos sobre huellas. Todas las personas que forman parte de mi película y de mi historia dejaron una huella. Juntxs construimos un gran tejido de militancia afectiva que espero, después de ver El silencio es un cuerpo que cae, siga imprimiendo más huellas por las cuales seguir caminando.»

El silencio es un cuerpo que cae, decíamos, es la experiencia de lo maravilloso que es ver algo que no vimos nunca antes. Entre otras cosas. Porque también es un film que recoge un legado de disidencia sexual y militancia. De libertad. Un film que recoge cartas de amor olvidadas, silenciadas. Que fundamentalmente es una carta de amor de una hija a un hombre que fue su padre. Un film que vuelve a dar cuerpo al deseo.  Que frente a ese silencio que pesa, que es un cuerpo que cae, contrapone el sonido de la mítica banda Virus: Tu cuerpo va flotando en mi habitación, cierro los ojos, lo detengo en mi imaginación, dice la voz de Federico Moura mientras resuena desplazando el silencio.


Del visionado de los VHS de Jaime surgió también Playback. Ensayo de una despedida (2019), corto ganador del Teddy Award en la Berlinale 2020. “En una ciudad católica y de provincia, el grupo Kalas hizo de los playbacks y de los vestidos improvisados su arma y su trinchera”, dice en la sinopsis de este film narrado por “La Delpi“, la última novia de Jaime, la única sobreviviente de un grupo de amigas y amigos travestis y transformistas que hacia fines de la década los ochenta empezaban a morir de SIDA. Una historia de amor, amistad y despedida.

Ambos films, así como las restantes películas del programa, disponibles en toda Alemania. Para verlas cliquear aquí – Invasión: Primavera de documentales (15.04-29.04.21).

Para ver El silencio es un cuerpo que cae en países de América, desde Canadá hasta Argentina, cliquear aquí.

Para ver El silencio es un cuerpo que cae en Francia cliquear aquí.

Todas las imágenes: ©Invasionberlin

claudia baricco

(isa.kar.wai) - Un cine real o virtual es el living de mi casa. Los libros son mi otro hemisferio. En un mundo donde todo es político. Latitud: B y B – Buenos Aires-Berlín, dos ciudades de contrastes.

2 comentarios sobre “Invasión de cine argentino: El silencio es un cuerpo que cae

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s