Hogar, de Jano Burmester: El amor como cuidado

Nuevo cine peruano. Tras su paso por el Festival de Cinéma Péruvien de Paris se estrena en Berlín Hogar (2022), el documental opera prima de Jano Burmester. Un personal ensayo-road-movie que revive las imágenes del álbum familiar para indagar en la memoria, la felicidad, la fragilidad y el verdadero significado de hogar. De la mano de Latin Quarter Films, la cita es este 2 de mayo. Con presencia del director.

En el principio de Hogar hay un hombre de 42 años que habla de sí mismo y de sí mismo. Del accidente que tuvo de adolescente, tras el cual estuvo dos semanas en coma. Al despertar, había perdido la memoria. El yo ocupa todo el espacio, la pantalla entera en los primeros planos. Pareciera un yo inmenso. «La película trata de mí», insistirá luego, pero la pregunta que se hace abre otra perspectiva: «¿Quién soy». Es que en realidad en el ego que acapara la cámara hay un vacío, hay una ausencia de sí mismo que comienza con la ausencia de memoria, pero va más allá. Y en el film va encontrando correlatos, reflejándose, replicándose, como en la historia de hermanos trillizos que no están en ningún lado o en los N.N., sujetos anónimos no identificados, que llegan al hospital de emergencias y a los que, como voluntaria, asiste la madre. Hogar es un cine de no ficción autobiográfico que va creando casi una ficción bizarra. En un viaje que se va haciendo al andar.

Jano Burmester, el director, es él en su opera prima, y relator de su propia historia. El hallazgo del gran álbum familiar, un hobby sobre todo paterno, devenido un gran archivo de fotos, diapositivas y películas super 8 construido a lo largo de los años, es el disparador de la película. Filmada en digital, pero también en fílmico, en 8 mm, en 16 mm, esta adquiere en parte su misma textura de la imagen y entra a formar parte de él. Después del accidente, su familia le dio esas imágenes para reconstruir su memoria. Pero allí también está la ausencia: ¿Por qué no está él en las fotografías y las películas del registro familiar? Como el muerto vivo cuya imagen es solo un reflejo es también cuando ahora, con su madre, con su padre dialoga sobre el que volvió de la muerte, y volvió cambiado, otra persona. Y pone todo en duda. ¿Acaso incluso esas historias con las que fueron ayudándolo a reconstruir su memoria fueron apenas ficciones? ¿La memoria es una ficción? Jano, el de las dos caras, que era un chico tranquilo, tímido y volvió extrovertido, distinto, pero con un desasosiego en su interior, encuentra lo único que tiene en común con su padre, las imágenes. Y el viaje que emprende en este ensayo-road-movie es a los escenarios de esas imágenes: Lima, Callao, Ica en Perú, pero también Hamburgo y Kiel en Alemania y Hengelo y Enschede en Holanda, ciudades a las que la carrera de submarinista del padre llevó a la familia en los años 70. Como si allí pudiera hallar las claves. De lo que no se ha dicho, de las historias no contadas.

En Hogar se va a la búsqueda de la felicidad perdida de los padres capturada en esas imágenes super 8 – ¿o a la búsqueda de la propia felicidad perdida? Cuando visita el apartamento donde vivió la familia en Holanda, es como si la familia asiática que ahora lo habita lo adoptara y él a ellos. En Hogar se abre la memorabilia, se abren las maletas que no se abren nunca y se encuentran los dolores, las heridas que no se han curado de los padres. ¿O son las propias heridas? «La película trata de eso», señala JB. «De hacer una búsqueda dentro de la familia para saber cuáles son las heridas que no se han curado, abrirlas, meter el cine, y tratar de que el cine pueda curarlas de una forma u otra.»

Uno de los logros de Hogar es que ese niño grande Jano que parece eterno en su rol de hijo en un momento deja como director, con madurez, que su padre y su madre sean más allá de su rol; los deja ser simplemente un hombre y una mujer adultos mayores que llevan dentro cada uno una herida de toda una vida. Y entonces Jano también puede ser el adulto que reconoce la propia fragilidad. En esa fragilidad compartida más que en la confesión de una problemática está el fuerte de la película.

«Casa Febrero 1978 – Hogar», dice la etiqueta de una caja de diapositivas. «Hogar siempre fue el título de la película, aunque no sabía bien por qué», señala JB. Uno de los logros de Hogar, este film familiar, es que, al cabo del viaje que emprende, el significado de hogar adquiere una nueva dimensión que estalla la estructura de la familia. La película habla de todo y habla de poco, señala JB. Y es así. Y de eso se trata también en su próximo proyecto, en el que trabaja con chicos de la calle. Es que un hogar habrá allí donde sea, nos dice el film, donde se halle contención, donde el amor sea cuidado.

Trailer de Hogar: ver aquí.

Todas las imágenes: ©Latin Quarter Films: https://latinquarterfilms.com

claudia baricco

(isa.kar.wai) - Un cine real o virtual es el living de mi casa. Los libros son mi otro hemisferio. En un mundo donde todo es político. Latitud: B y B – Buenos Aires-Berlín, dos ciudades de contrastes.

Deja un comentario