Por Martha Marquina
Algo que muchos de nosotros pensamos que duraría solo un par de meses, estamos a nada de que cumpla ya un año: el confinamiento. Ya sea total o parcial, no hemos logrado regresar a nuestra vieja normalidad.

El confinamiento ha generado mucho estrés para todos. No es sencillo sobrevivir a la incertidumbre de cuándo acabará, ya que cada país, a través de sus respectivas autoridades, han impuesto diferentes medidas, que a veces han cambiado en solo días.
Pensemos primero en los más pequeños de la casa que aun no entienden bien la situación, y a los que es difícil hacer entender por qué no pueden jugar con otros niños, o por qué no puedan visitar a sus personas favoritas, como son sus abuelos o sus primos, y además que deben usar cubrebocas, y lavarse las manos constantemente.
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos de edad preescolar?
En mi experiencia, es muy importante que todos los días salgamos a pasear con ellos. Puede ser una simple caminata, si te es posible, de dos a tres veces al día. Te puedes organizar con tu pareja y turnarse, lo importante es que nuestros peques respiren aire puro y se distraigan del encierro en casa, porque por más juegos y atención que les demos, hace falta un poco de libertad. He visto campañas en donde los gobiernos recomiendan que los niños frecuenten al mismo amiguito para cerrar un poco el círculo de contagios, eso me parece genial, quizá lo puedas practicar y tu niño pueda disfrutar del juego con alguien diferente a sus hermanos o a sus padres.
¿A ustedes qué les provoca estrés en tiempos de pandemia?
Recuerdo como en un principio el uso de la mascarilla me daba una sensación de asfixia, de falta de aire. A los que hemos tenido alguna vez un ataque de ansiedad nos pareció algo similar, pero como todo, ya con el paso del tiempo, nos vamos acostumbrando poco a poco, y trato, dentro de lo posible, de respirar aire puro en la naturaleza por lo menos dos veces a la semana.

Por otro lado, el simple hecho de ir al super era como salir a la guerra. Había soldados con mejor armamento que otros, y sin afán de criticar, cada quien hacía todo lo posible por sentirse tranquilo al regresar a casa.
En las primeras idas al supermercado había gente que utilizaba guantes, tapabocas, lentes, visera, y que al regresar del super, se ponía a desinfectar, una por una, todas las compras. Algunos lo siguen haciendo después de casi un año.
Gente que pasó meses sin salir, pidiendo todo a domicilio, por ese miedo a no contagiarse, y que aunque pareciera exagerado para unos, creo que lo más importante era, para esas personas, sentirse a salvo, y que el salir no aumentara su preocupación.
Otras personas estaban más relajadas, sin guantes, sin desinfectar las compras, siguiendo casi una vida normal, con sus respectivas precauciones, respetando el distanciamiento y el uso de cubrebocas.
Otra cosa que me generaba estrés era estar casi todo el día pegada a las noticias, viendo el número de casos y fallecimientos tanto en Alemania como en otras regiones del mundo, me ponía los nervios de punta, y me costaba conciliar el sueño. Un día dije “ya basta”, y decidí no volver a ver las cifras, y solo de vez en cuando escuchar las noticias.

Así logré calmarme y volver a dormir bien. El estar pensando negativamente también nos genera estrés, a veces imaginamos escenarios dramáticos de un futuro que, en la gran mayoría de las situaciones, no llega a suceder. Entonces, ¿por qué no pensar positivo para no generar más estrés?
Hay eventos que no podemos predecir ni cambiar, pero es la manera como reaccionamos a las situaciones lo que marca una gran diferencia.
El confinamiento ha venido a retarnos como individuos, hemos visto cómo nos ha obligado a reinventarnos a muchos de nosotros en el ámbito profesional, a adaptarnos a las nuevas necesidades de esta sociedad digitalizada. Me sorprendió entrar a una misa a través de una plataforma social, y funcionó perfectamente, era gracioso ver corazones y caritas en los comentarios, pero bueno, si es la única manera de poder estar presentes, ahí estaremos, aprendiendo, como siempre lo hemos hecho.
El confinamiento nos ha ayudado a volver a enamorarnos o a dejar de una vez por todas a nuestras parejas, digamos es un reseteo interior.
Hemos regresado a ser más papás, a jugar más con nuestros hijos, a tener días de retrospección, de aburrimiento, de ansiedad, pero sin duda son días llenos de enseñanza.

Es por esto que me gustaría compartir, un par de herramientas que te ayudarán a bajar el estrés en este confinamiento, que esperemos llegue a su fin este 2021.
Tener una rutina.
Empecemos por esta herramienta. Como personas, necesitamos tener una rutina para funcionar mejor. En mi caso, el no tener claro cuáles son mis prioridades durante el día me genera estrés y soy poco productiva. Sé que las primeras 3 horas de mi día están dedicadas hacer una meditación, deporte, desayunar y mi arreglo personal, y me he ido adaptando a tener a toda la familia en casa, y a veces no lo consigo en esas 3 horas, pero lo intento. Si logro hacer estas actividades me siento motivada, con energía para seguir por la tarde con mi emprendimiento, claro que si tengo algún imprevisto, me relajo. Lo que no quiero es frustración si no logro esta rutina, pero es como a mí me funciona mejor mi día.
Y tú, ¿tienes tu propia rutina en confinamiento?
Respetar horarios.
Continuemos con los horarios. Para las personas que están trabajando desde casa, esta actividad está siendo contraproducente porque precisamente no están respetando los horarios de trabajo y muchas están trabajando aún más en comparación con la época previa cuando iban físicamente al trabajo. Están comiendo muchas veces frente a la computadora, y no falta el que el fin de semana se le ocurre abrirla y seguir trabajando.
Así mismo, nuestros hijos, también deben respetar sus horarios de tiempo en la televisión o con los videojuegos, ya tienen bastante con la escuela en línea.
Evitemos tantas horas conectados, no nos ayuda para nada a nuestra salud física o mental, todo lo contrario. Les recomiendo por lo menos dos horas antes de dormir desconectarse por completo.
¿Has contado cuántas horas estás conectado durante el día?

Dormir mínimo 8 horas.
La importancia del descanso. A veces minimizamos la importancia de dormir bien. He visto cómo los adolescentes pueden pasar horas jugando videojuegos, y más en vacaciones. Pueden llegar a dormirse muy tarde porque no hay compromisos, deberes, entrenamientos, etc. Pareciera una moda, entre más tarde te acuestes y más tarde te levantes, eres como dicen, más “cool”.
Y después nos sorprendemos de que nuestros hijos están tristes, deprimidos, irritables, de mal humor, y sin ganas o motivación de hacer tareas, de practicar deporte u otra actividad en casa.
Como adultos, también nos ha afectado nuestra calidad de sueño, ya que la crisis por el coronavirus está provocando que el descanso sea más difícil por el estrés generado ante la pandemia. Existen estudios en muchos países, en donde se presenta un incremento claro en el índice de insomnio.
Con o sin pandemia, el insomnio nos va afectar a nuestra salud tanto física como mental. ¿Qué me puede ayudar a dormir mejor? Les nombro algunas ideas que me han servido, y respetando siempre la individualidad de cada persona.

- -Evita comer comidas pesadas, tomar alcohol o fumar antes de irse a la cama.
- -No trabajes en la cama, por más cómodo que parezca.
- -Evita noticias que te puedan alterar antes de irte a dormir.
- -No consumas cafeína o té verde si estás teniendo problemas para dormir.
- -Escucha una relajación o meditación antes de dormir.
- -Pon música que te invite tranquilidad.
- -Toma un baño caliente antes de dormir.
Estas herramientas te pueden ayudar a evitar más estrés en esta situación sin precedentes.
El establecer una rutina, al igual que respetar nuestros horarios de trabajo, y darle la importancia que se debe a las horas de sueño, nos va a ayudar a sentirnos mejor, a tener mayor claridad mental, a ser más productivos, a ser más pacientes, y, en general, a mejorar nuestra calidad de vida.
Pero no dudes en pedir ayuda a los expertos en salud si sientes que con nada logras sentirte bien.

Martha Marquina vive en Colonia y es Economista, Health Coach por IIN, Life Coach y Mindfulness Practitioner. Se especializa en ayudar a mujeres a encontrar bienestar en sus vidas a través de la incorporación de diferentes técnicas para el manejo del estrés.
Fb twitter e Instagram: Markinawellness
Podcast: WellnessJourney