Pilar Requena del Río, periodista en RTVE desde 1987, estudió en el colegio alemán de su Valencia natal, lo que la convirtió en una apasionada de la cultura y política alemanas. Esta ‘biculturalidad’ es la que le permite reconocer lo bueno y lo malo de cada país y la que la ha llevado a publicar La potencia reticente. La nueva Alemania vista de cerca (Debate, 2017). Un ensayo donde hace balance de la historia reciente de Alemania para acercarnos el sistema, carácter y la esencia alemana.
Para ello, se ha valido de su amplia experiencia como redactora de Internacional en los servicios Informativos de RTVE, de su visión de europeísta convencida y su experiencia como corresponsal en Berlín de 1999 a 2004 para la corporación pública. Desde 2004, Pilar Requena forma parte del equipo de En Portada de La 2.
Revista Desbandada: En el libro haces un recorrido por la historia reciente del país para explicar cómo es la nueva Alemania. ¿Crees que los españoles hemos empezado a conocer realmente a la Alemania actual cuando empezó la crisis económica?
Pilar Requena: Creo que la mayor la parte de los españoles siguen sin conocerla realmente. Siguen todavía con muchos tópicos sobre Alemania. La crisis ha sido el peor momento para conocer a los alemanes porque ha sido cuando más estereotipos se han utilizado y cuando se ha visto de manera más crítica. Creo que aún hay mucho que hablar sobre Alemania y hay que abandonar los tópicos. También los alemanes tienen que eliminar los estereotipos sobre los españoles.
RD: ¿Nos conocemos los europeos entre nosotros o somos aún perfectos desconocidos?
P.R.: Ese es el problema: no nos conocemos. Parece mentira que estemos compartiendo las mismas ideas europeas y en el fondo nos conocemos poco, superficialmente. No hacemos mucho esfuerzo en conocernos mejor. Nos unen más cosas de las que nos separan.
RD: ¿Crees que Angela Merkel logrará formar gobierno?
P.R.: Merkel atraviesa el peor momento de su tiempo como canciller. El primer reto es saber cómo se sale de este bloqueo en la formación de gobierno. Tiene que conseguir convencer al Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) donde también hay mucho debate ahora sobre si hay que ceder en pro de la estabilidad. Merkel se va a ver conducida a un gobierno minoritario si no hay apoyo a una convocatoria de nuevas elecciones; ambas situaciones son desconocidas totalmente en la política y en la tradición alemana.
Es un momento clave para Merkel como canciller. Muchos comentaristas hablan ya del final de la ‘era Merkel’ pero yo soy mucho más precavida, porque ya se ha hablado antes de su declive y hemos visto que ha levantado cabeza. Además, no hay un relevo para Merkel en la CDU en este momento.
«Una Cataluña independiente no tiene cabida dentro de la Unión Europea»
RD: Hasta las radios musicales de Berlín han estado muy pendientes en sus informativos horarios sobre el proceso catalán. ¿Crees que Alemania estaba más preocupada por una posible cascada de nacionalismos que se habrían desencadenado tras la crisis catalana en España?
P.R.: Alemania está igual de preocupada que el resto de Europa. Si abrimos esa caja de Pandora nos podemos encontrar otros muchos casos en otros países y, realmente, sin sentido. Alemania, como la primera potencia europea, pone quizá más interés porque esto es último que le faltaba a Europa después del Brexit y la crisis del euro.
Europa empezaba a levantar cabeza ahora y además hay que afrontar el Brexit. La independencia de Cataluña sería abrir otro melón dentro la Unión Europea. Además, sin sentido. Una Cataluña independiente no tiene cabida dentro de la Unión Europea.
RD: ¿Son el independentismo, el nacionalismo y la ultraderecha los principales problemas de Europa?
P.R.: Todo es peligroso para Europa. El problema está en que hemos dejado un poco de lado los valores europeos y aquello que nos une. La crisis del euro nos ha separado, ha levantado reticencias entre unos y otros. Esas heridas hay que sanarlas. Hay que ponerse a trabajar por los principios y valores europeos y no dejar que estos movimientos de uno u otro signo puedan seguir campando a sus anchas en Europa.
Estos movimientos utilizan el caldo de cultivo de los ciudadanos que se han visto dejados de lado o se sienten desorientados en este mundo globalizado. Estos europeos que han sido las víctimas de unas reformas muy duras. Esto hace que la gente tenga miedo y se recluya en sí misma. La Unión Europea tiene ahora que ilusionar con reformas. Esperanzar con la idea de Europa. Haciendo otro tipo de política, acercándose a los ciudadanos para que se sientan Europeos.
Haciendo sentir que todos estamos en el mismo barco para lo bueno y para lo malo. Hay mucho más bueno que malo. En eso estábamos ahora y se estaba esperando la formación del gobierno alemán para darle un nuevo impulso a Europa y se va a retrasar un poco.
RD: ¿Por qué es tan traumática la convocatoria de nuevas elecciones para los alemanes?
P.R.: Para los alemanes todo aquello que pueda suponer algo de inestabilidad o algo nuevo provoca desazón. Los alemanes quieren tranquilidad, estabilidad. Que las cosas fluyan por sí mismas. Encontrarse en una situación de nueva elecciones que, probablemente, no den resultados muy diferentes es algo nuevo para ellos.
Si a todos normalmente lo nuevo nos provoca cierta desazón a los alemanes les afecta especialmente porque no están acostumbrados. Están acostumbrados a tener gobiernos muy estables, a que todo sea capaz de negociarse. No les gusta porque les recuerda a tiempos pasados. Cuando hay una inestabilidad que pueda recordar a los momentos que todos sabemos les entra esa desazón e incertidumbre.
RD: La ultraderecha alemana (AfD) entró en el Bundestag en las pasadas elecciones y no ha ocultado su alegría ante una posible nueva convocatoria ante las urnas. ¿Saldrían beneficiados o perjudicados?
P.R.: Ellos creen que saldrían beneficiados porque podrían atacar a los partidos tradicionales en la campaña electoral con el hecho de que no se han puesto de acuerdo para formar gobierno. Dependería cómo fuese la campaña electoral.
La anterior campaña electoral benefició a la extrema derecha porque se centró en el tema de refugiados, la seguridad, yihadismo, Islam… Ese era el discurso de la ultraderecha. No creo que el resto de partidos cometa el mismo error en caso de nuevas elecciones.
RD: ¿Ves un verdadero peligro a largo plazo de la extrema derecha alemana o es algo que muestra un descontento temporal y que tiene poco futuro en una democracia madura como la alemana?
P.R.: Va a depender mucho de lo que ocurra ahora. Si hubieran formado gobierno y todos los partidos hubieran aislado y hubieran puesto en evidencia a la ultraderecha hubiera sido otra cosa. Aún así, la extrema derecha ya muestra su división. Tenemos que ver cómo se está desarrollando. Pero no auguro en Alemania una extrema derecha tipo Marine Le Pen con 30% o como en Austria. Ese panorama no lo contemplo en Alemania para nada.
«No contemplo para nada en Alemania una extrema derecha tipo
Marine Le Pen»
RD: En el libro hablas de cómo el alemán es un sistema casi perfecto y como ellos mismo a veces no entienden que hay cosas que no funcionan en otro países. ¿Qué es lo que sí se podría aplicar a España del modelo alemán?
P.R.: Uno de ellos sería la formación profesional dual, pero no es trasladable porque hay que cambiar la mentalidad española y no es fácil. Esto beneficiaría a España para luchar contra el enorme paro juvenil. Pero, ¿aceptaría una familia que su hijo no vaya a la universidad y vaya a la formación profesional dual en España? En Alemania se ve desde el colegio el camino que que tomará el alumno y se ve perfecto cualquier salida. En España, si no llegas a la universidad eres un fracasado social.
No se puede tener la universidad como una fábrica de parados porque estás introduciendo en el mercado laboral graduados o licenciados en un número excesivo para lo que puede absorber el país. La educación y la ciencia es el futuro de un país. España redujo aquí mientras Alemania no lo hizo. No recortó en Ciencia y en Educación lo hizo muy poco. En plena crisis tenían garantizado un 5% de aumento de inversión en I+D. Luego nos sorprendemos cuando siguen sacando patentes y cuando siguen funcionando a pleno rendimiento cuando superan la crisis.
Los alemanes tienen una estructura que funciona bien, son buenos, tienen sentido de Estado, trabajan bien, tienen un buen sistema educativo… pero son muy de quejarse; de no estar nunca satisfechos porque quieren la perfección. Esto les lleva también a lo mejor: el debate, a discutir, a profundizar, a llegar a acuerdos duraderos… Por eso la posibilidad de unas nuevas elecciones, porque no ha habido acuerdo, provoca desazón.