Los grandes proyectos siempre nacen de algo muy pequeño. Una idea, un impulso, una ilusión. Corría el año 2011 y Lucía Gonzáles, una escritora y artista visual colombiana, sentía que a la ciudad le faltaba un espacio donde poder exponer su obra en su propio idioma. Pero, si no existe, ¿por qué no lo inventamos?
A aquella pregunta lanzada al aire, y materializada en una propuesta dentro del boletín de noticias de la Asociación de Mujeres Latinoamericanas Xochicuicatl, respondió María Luisa Herrera, artista plástica costarricense que buscaba un espacio donde colgar su obra. Fue una reunión con solo dos participantes, pero la primera barrera ya se había roto. Acababa de nacer el Fieber Festival.
Imagen: Justina Leston
Cuatro ediciones después, aquel impulso se ha convertido en un auténtico referente de la cultura iberoaméricana hecha por mujeres en Berlín. De 30 artistas, un espacio y dos días, en su primer año, ha pasado a más de 60 proyectos que se expondrán durante los próximos cuatro días. Este crecimiento tiene mucho que ver con la suma a la organización de la chilena Bárbara Miranda en 2013, que aportó su experiencia en la producción de campo, mejorando la parte escénica del festival.
Imagen: Justina Leston
Sin embargo, hay algo que se mantiene desde entonces: el mismo espíritu de alegre compañía. Porque el Fieber no pertenece a nadie y al mismo tiempo pertenece a todas. Es creación en sí misma, un compendio de energías, una fuente de inspiración. Es musa y artista. Un lugar de encuentro para mujeres que, sin saberlo, se estaban buscando, que se encontrarán hasta el domingo en dos espacios ajenos que este fin de semana estarán más intercomunicados que nunca. Por un lado, la galería Meinblau, en la Christinenstraße 18-19, donde desde ayer y hasta el domingo se colgarán las obras plásticas. Al mismo tiempo, durante el sábado y el domingo, justo en frente, sobre las tablas del teatro Pfefferberg Haus 13, no dejarán de pasar cosas: lecturas y música, danza y teatro, performance y proyecciones.
Imagen: Justina Leston
En esta edición se ahonda en la cuestión de la identidad con una pregunta muy concreta ¿Quién soy yo? La respuesta busca reflexionar sobre la condición de las participantes como mujeres, migrantes y artistas, pero no lo hace solo a través de las obras expuestas durante estos cuatro días, ya que las mañanas estarán destinadas a crear espacios de reflexión y diálogo con talleres y seminarios, como el impartido por Blanca Ortiga el sábado, en el que se analizará el papel de las mujeres artistas en el mercado del arte. El domingo, la conferencia «Manual para construir identidades», con Edurne Herrán, hará un recorrido por los múltiples referentes culturales que asociamos a la construcción de nosotras mismas.
Imagen: Justina Leston
Más allá de lo que se muestre durante estos cuatros días en la galería Meinblau o en el escenario de Haus 13, siempre merece la pena darse una vuelta por el Fieber Festival. Porque allí, además de arte se expone algo que no siempre es sencillo encontrar en esta ciudad repleta de individualidades: un ambiente de cooperación y esfuerzo sumado a una estimulante sororidad. Con esto, además de con sus proyectos, conseguirán durante estos cuatro días que la ciudad de Berlín se vuelva un poco más cálida, un poco más latina, un poco más femenina. En definitiva, más Fieber.
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