Ilustración: Pilar Perales
– Di algo.
– No, tú. Mejor di tú algo primero.
– …
– Venga, algo tendremos que decir, ¿no?
– Eh… ¡Erdogan es un peligro para la democracia!
– Vale que tu familia sea turca, pero todos los partidos dicen exactamente lo mismo. ¿No nos queda nada más que aportar, Cem? ¿Algo que realmente afecte a los alemanes?
– Eh…
– ¿De verdad nos hemos quedado sin discurso, como dicen los medios?
– ¡Por supuesto que no, Katrin! Tenemos miles de ideas y de propuestas todavía en el tintero.
Como por ejemplo…
– …
– ¡El Medio Ambiente lo es todo para nuestra vida!
– ¡Eso!
– ¿Ves?
– Aunque, Cem, llevamos 20 años repitiendo lo mismo. Quizá habría que ser más concretos. Y ya no podemos ni hacer campaña en contra de las centrales nucleares.
– Maldita Merkel…
– ¿Y si hacemos campaña en contra del carbón? Al fin y al cabo, aunque Merkel haga bandera de lo maravillosa que es la transformación energética de Alemania, del gran crecimiento de las energías renovables, la realidad es que la emisión de gases CO2 no se reduce.
– ¿Pero qué dices, Katrin? Si lo único que nos puede salvar el culo después de estas elecciones
es formar una coalición con Merkel y los liberales.
– ¿Entonces estamos sí a favor de entrar en el Gobierno?
– ¡Claro que no! Pero estaríamos dispuestos a hacerlo en pos de la estabilidad del país, sobre
todo en estos tiempos tan marranos que estamos viviendo.
– Oye, ¿y sobre el tema del escándalo de Volkswagen y las emisiones secretas no deberíamos
hacer un poco más de ruido?
– Lo hemos criticado, pero ya está. No vamos a montar escenitas ni nada por el estilo. Somos un partido serio, responsable. Una verdadera opción de Gobierno. Ecoliberales. Qué bien suena. Solo con eso ya tenemos el voto asegurado de los hipsters urbanitas e hipócritas que limpian su conciencia comprando todo BIO pero que se niegan a esforzarse y limitar su dieta a frutas y verduras de temporada, que es lo único que realmente puede llegar a poner freno la
contaminación masiva de las grandes multinacionales. Con el voto de estas y estos maravillosas y maravillosos ciudadanas y ciudadanos tenemos asegurado el 6% de los votos, suficientes para entrar en el Parlamento y languidecer ahí dentro otros cuatro años.
– Cierto. Además, a veces se me olvida que gobernamos junto a la CDU en Baden-Württemberg, cuna de la industria automovilística del país.
– Claro. Pero no te preocupes, Katrin. Tú vienes de la Alemania oriental y yo de una familia
inmigrante. Seguimos siendo guays. Hasta que pasen las elecciones podemos escondernos
en la copa de un árbol y no hacer mucho ruido. Y cuando alguien nos insista y nos pida que
expliquemos nuestro programa, solo tenemos que repetir: ¡El Medio Ambiente lo es todo para
nuestra vida!