INVASIÓN 2022 – El prófugo: Nunca se desea lo imposible

El prófugo, dirigida por Natalia Meta y con las actuaciones de Érica Rivas, Nahuel Pérez Biscayart y Daniel Hendler tuvo su estreno mundial en la competencia oficial de la Berlinale 2020. Hoy inaugura el festival de cine argentino de Berlín INVASION en una única imperdible función y con la presencia de Érica Rivas. Conversamos con su directora.

Hola, Natalia. ¿Qué te atrapó de El mal menor, la novela de terror del escritor argentino C.E. Feiling a partir de la cual surge El prófugo?

Me gustó mucho la novela. Me la recomendó mi socio en (la editorial) La Bestia Equilátera, Luis Chitarroni. Yo no la había leído por más que es una novela de culto. Y me gustó mucho la cuestión de los prófugos, que es como el corazón de la historia, y tiene que ver con cómo opera la fantasía. Para mí hay dos fases: cómo surge una fantasía y cómo después se convierte en realidad –lo que a veces ocurre. Después tenía varios recursos que tenían que ver con el sonido, con la voz, incluso con la voz narrativa. Esto es lo que me interesó especialmente.

¿Hay una batalla entre el bien y el mal en esta historia?

Por supuesto que están presentes, el bien y el mal, en la novela. Pero no se trata de eso, sino de cómo se engarzan el sueño y la vigilia. Es una lucha entre la fantasía y la realidad. Y por supuesto uno estaría tentado de decir quién es el bueno (sonríe) y quién es el malo, pero no es tan fácil.

El prófugo es un film donde se cruzan los géneros: el género fantástico, el thriller, el género de terror. ¿Por qué a pesar de recurrir a todo un repertorio de elementos de este género tu película no es una película de cine de terror convencional?

No, no es una película de terror convencional en el sentido de que no es una película gore y, respecto de una película de terror psicológico, tampoco avanza de la manera contundente en la que avanza clásicamente una película de terror. Como dice (Ricardo) Piglia sobre la novela –que es mucho más gore y mucho más clásicamente de terror–, y sin embargo él dice: “Es sobre el terror”. Y uno siente eso en la novela, que no se pone en los lugares tan clásicos de una novela de terror.

Y yo en ese sentido quería perderle un poco el miedo al terror en dos aspectos: en animarme a hacer una película que abordara esas cuestiones, pero también en no tener que encararlo de manera tan ortodoxa. A mí me gustaba mucho la idea de la incertidumbre del personaje: que no sabe si está en un mundo de fantasía, si están ocurriendo hechos sobrenaturales, si se volvió loca. Eso me parecía muy interesante, pero también poder vivir esa situación tan angustiante desde el punto de vista de la protagonista no solo como una cuestión negativa, sino como algo que habilita otras posibilidades. Porque si uno tuviera tanta certeza sería muy difícil pensar otras alternativas posibles a como son las cosas.

Uno podría decir: esa incertidumbre que uno sufre es muy fructífera, y es la condición necesaria de la fantasía. Hay una frase de Aristóteles que es muy interesante que dice: “Nunca se desea lo imposible”. Y la fantasía es como que va siempre colgada del deseo. No porque no pudiera existir libre de deseo, sino porque es como la semilla de la fantasía, siempre hay un deseo detrás que la impulsa. Uno podría decir que sin esa incertidumbre la fantasía no tendría posibilidad, porque el deseo no tendría posibilidad. Y la fantasía va tratando de volver eso posible. Y en ese proceso de volverse posible se va realizando. Hasta que a veces lo logra. Y creo que por eso queda más del lado del “bien” que la realidad: es el mundo que nosotros soñamos.

Natalia Meta ©Jens Koch

El film lleva al espectador entre distintas dimensiones: sueño y vigilia, realidad y ficción, pero sin la marca de dónde están esas fronteras.

Me interesaba borrar esas fronteras. Tal cual. Una de las principales certezas que a mí me dio la película es que la condición para que lo posible se vuelva real tiene que ver con eliminar esa frontera, con pensar que no hay tal cosa. Me refiero a que uno piensa a veces que la biología puede ser una frontera en algunos aspectos. A veces alcanza con pensar que ahí no hay tal cosa. Digo, quizá no hay que cambiar nada, solamente hay que entenderlo de manera diferente, y eso ya genera un cambio en la realidad. Es nuestra percepción muchas veces lo que está fallando. No es que haya un límite tajante entre el sueño y la vigilia. Esa es una creencia nuestra. Nosotros ponemos ese límite a la fantasía que quizá no es tal. O no siempre es así.

Entre las distintas dimensiones, en el manejo de los espacios en el film, ¿hay una continuidad (cortazariana) de los parques?

Sí, el sistema de la continuidad de los parques ya está en la idea misma del prófugo, que se va metiendo en este mundo, que se “encarna”.  Y “La continuidad de los parques“ (el relato de Julio Cortázar) es una historia que se encarna.

En inglés el título es The intruder, lo que no es exactamente lo mismo que El prófugo…

Por alguna razón la traducción de “el prófugo” al inglés no nos terminaba de cerrar. Y por eso utilizamos otra expresión que es “the intruder”, que ciertamente significa casi lo contrario. Pero tiene su lógica, porque el prófugo es el que se escapa del mundo de los sueños y quiere entrar al mundo de la vigilia. En la novela se habla de los visitantes, que cuando se quieren quedar, son prófugos. Y al referirnos al intruso ahí dimos un pasito más respecto de la novela – algo que ya está totalmente planteado, en realidad, pero no se dice tan claramente –, y es lo que en el género de terror se llama “la posesión”. Eso de que para encarnarse necesita apoderarse, ingresar a un cuerpo.

El prófugo, por definición, es el fugitivo, el que huye de la ley.

Exactamente. Es el que huye de la ley, y en este caso es el que huye de la ley onírica.

¿Cómo trabajaste esa delgada línea entre las distintas dimensiones? ¿Y cómo trabajaste con los indicios, porque, por ejemplo, el humor sirve para mostrarte que hay algo que no encaja, hay algo que no cierra, y te está diciendo que esta historia va por otros caminos, que va por otro lado?

Tenía que ver con no cerrar y siempre dejar abierta otra alternativa en cuanto a la narración. Que no fuera tan claro lo que estuviera pasando, que siempre eso quedara abierto. El humor sirve a veces también para poner en cuestión algunas cosas.

A veces con humor, otras con visos dramáticos siempre hay algo que no encaja del todo, siempre se desafina en El prófugo. Leopoldo le dedica una canción a su amada en el karaoke y desafina, Inés desafina en el coro, la tarea de Alberto es afinar el órgano desafinado de ese auditorio e Inés será quien lo ayude a hacerlo. Hay algo fuera de los límites, fuera de sí que siempre se está tratando de poner bajo control. También está la disociación – de voz y cuerpo en los doblajes cinematográficos que realiza Inés, la protagonista. Y la interferencia, esos sonidos que surgen sin explicación.

La película va sí por el lado de los desafinados. De los prófugos, de esas señales que son el lugar por donde entran, o “la marca“, digamos. Están ahí escondidos, en esas sonoridades. A mí me parece que el sonido ayuda muchísimo a entender cómo opera la fantasía, porque es totalmente incorpóreo, para nosotros, para nuestra percepción. La naturaleza del sonido es muy afín a la fantasía. Cuando uno se imagina un sonido en su cabeza, cuando oye en el cine un golpe en una película, es algo casi indistinguible. Con la imagen no pasa eso. Para mí el sonido ayuda muchísimo a que uno pueda entender cómo una idea puede llegar a materializarse. Eso es lo que me gustaba.

Y después creo que hay algo con la voz. Y que cada uno cante con su propia voz. Hicimos un trabajo muy importante para poder amalgamar las voces y usar las voces de los actores.  Las mezclamos, hicimos un trabajo, pero a la vez están presentes. La idea era que ella no tuviera que cantar necesariamente afinado, sino que pudiera cantar. Con esta voz.

En los créditos hay una mención a la directora argentina Lucrecia Martel, quien construye el relato precisamente a partir del sonido.

Lucrecia Martel trabaja magistralmente el sonido. Me habló de los timbres de la voz, de lo sugerente del sonido, una serie de cosas que me ayudaron mucho para encontrar el camino del guion. Porque parecía muy claro cómo trasponer la novela al mundo del cine, pero no era tan sencillo. Había muchas cosas que eran muy visuales pero que no iban a funcionar. Y ahí Lucrecia me ayudó muchísimo.

Hay una frase que me parece que resume toda la película: “Sueño lo que se me cante“.

Es una expresión muy argentina. Está el canto, está el sueño. Y está el deseo de esa libertad que es lo que de alguna manera hace surgir a los prófugos. Frente a esa estrategia de control del novio, de la madre sobre ella.

¿Es casual que el personaje protagónico sea una mujer en tu película?

No. Era así ya en la novela, pero después era fundamental. Está clarísimo que la película habla del deseo femenino. Esta cuestión enigmática, incierta, esta voluntad de control desde el exterior son marcas con las que se encuentra el deseo femenino.

En la película la idea de: “el hombre de tus sueños” cobra nuevo significado…

La novela ya juega muchísimo con las expectativas respecto de lo que se impone a una mujer. Y cómo eso también juega en la historia y tiene que ver con las fantasías y las posibilidades – y la resistencia a eso.

¿Encuentra ese misterio del deseo femenino un equivalente en la cámara de la directora de fotografía uruguaya Bárbara Álvarez?

Bárbara ya tiene un elemento grande de misterio. Siempre pone la cámara, para mí, de una manera que es un poquito particular, pero sin que uno pueda llegar a ubicar qué es lo diferente. Ella ya trae eso. Para mí hay algo muy femenino, muy interesante en su forma de fotografiar. Y después buscábamos. Ella lo tenía muy claro y me mostraba cuestiones de Polanski, me acuerdo, de cómo no revelar de manera tan frontal al personaje en muchas situaciones. En algunas sí, pero en otras no. Hay muchos juegos con los reflejos. Y después hicimos algunas secuencias en las que hay pasajes directos del sueño a la vigilia, por ejemplo, en el avión, donde se juega mucho con esa ambigüedad. Y después en la edición yo también traté de manejarlo de modo que el tipo de corte tuviera algo de inesperado o de onírico ya en sí mismo.

Podríamos decir que no son el bien vs el mal, sino el control vs el deseo, los elementos en pugna. Y para relatar esta lucha elegís una perspectiva: desde adentro. Recordaba las escenas en el interior mismo del órgano y allí está la secreta: ¿qué es la secreta?

Es un pulmón de aire que tiene el órgano, que tiene que ver con cómo funciona. A mí me gustaba mucho esa expresión que usan para nombrarlo. Hay toda una metáfora: la idea de lo onírico en relación con ese órgano, con esos tubos, me parecía que era muy rico todo eso.

El goce femenino, sutil, que tiene el órgano, y también la manera en que se puede desplegar. Eso es lo que me fascinó.

Y se convirtió en materia esencial de la sonoridad de la película…

Para la música con Luciano (Azzigotti) trabajamos muchísimo. Hay composiciones que son originales y otras obras que tomamos que son clásicas. Pero después trabajamos muchísimo, porque lo que queríamos era tomar sonidos del órgano y algunas otras cosas para hacer toda la sonoridad de la película. Por eso no solo hay tramos de eso que convencionalmente se llama música, que compuso él, sino que también usamos toda esa música que se generó con el órgano, todos esos sonidos para la banda de la película. Fue un gran trabajo entre el sonidista y el músico, entre Guido (Berenblum) y Luciano, que dio sus frutos.

Hablando de música: ¿podemos decir que el amor tiene ritmo de cuarteto?

Creo que sí (ríe pensando en una canción de un grupo que admira muchísimo desde su “más tierna infancia”), tiene una alegría.

Y en ese ritmo de cuarteto, ¿el amor es el deseo también?

No sé si son dos cosas que se superponen. Pero en este caso sí, es el deseo también.

Amor, sutil, narcótico, suave y fragante/puede hacer polvo el diamante…

Gracias, Natalia.


BONUS TRACK: Mensaje de Natalia Meta para los espectadores de El prófugo:

Es una película que hice con gran alegría. Fue un trabajo maravilloso. Y espero que lo disfruten y que se perciba algo de la alegría de sostener un misterio y no tratar de develarlo quizás. Me parece interesante para tenerlo en cuenta al ver la película. Espero que les guste y la disfruten.

Entradas para doble función HOY 01.09.2022 El prófugo & La luz incidente con la presencia de Érica Rivas: Ver aquí

Todas las imágenes de la película: Gentileza de INVASION ©Rei Cine, Picnic Producciones, Barraca Producciones, Infinity Hill

Más información sobre INVASIÓN 2022 (1-4 septiembre): Ver aquí.

INVASION 2022 from Invasion – Film Festival on Vimeo.

INVASIÓN BERLÍN se realiza gracias al apoyo de:

claudia baricco

(isa.kar.wai) - Un cine real o virtual es el living de mi casa. Los libros son mi otro hemisferio. En un mundo donde todo es político. Latitud: B y B – Buenos Aires-Berlín, dos ciudades de contrastes.

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