Con esta entrevista iniciamos una serie de artículos en la que queremos presentar varias revistas literarias que se hacen desde Berlín en español.
Para este primer paso decidimos encontrarnos con Christiane Quandt redactora y editora de la revista alba.lateinamerika lesen (alba.leer latinoamerika), y elegimos el lugar de Berlín quizás más simbólico para ello: la biblioteca del Instituto Ibero-Americano. Un lugar que nació de la mano de la culta realeza prusiana, y que hoy en día es la mayor institución dedicada a la investigación de América Latina fuera de la misma.
Christiane tiene ese brillo en los ojos de los que tienen la suerte de unir su trabajo y su pasión. Desde niña tuvo la oportunidad de aprender portugués en Portugal, y más tarde el español en España, y hoy en día se dedica a transportar todos los matices de estos dos idiomas al alemán. Durante su estancia en el Instituto Ibero-Americano (IAI en sus siglas alemanas), decidió embarcarse en alba.
¿Cómo surgió el proyecto de alba?
Alba nació en 2012 como un proyecto universitario de varios alumnos de los estudios latinoamericanos del Lateinamerika Institut de la Freie Universität FU. Cuando yo entré, en 2015, hubo un momento de cambio dentro de la revista; algunos de los miembros fundadores abandonaron la publicación, pero a la vez nos incorporamos otro grupo de personas que decidimos que merecía la pena seguir con esta tarea de difusión literaria y cultural del mundo hispanohablante.
El primer impulso financiero vino de nuestra revista hermana francesa que se edita desde París, y que fue la que comenzó con esta idea de presentar y traducir literatura actual latinoamericana, prestando atención a autores que no encuentran eco en el gran mercado editorial mundial. Hoy en dia existen también otras dos alba, una en Londres y otra en Pekín. El concepto es el mismo, presentar literatura latinoamericana actual, y presentarla al público local a través de la traducción, aunque funcionamos de manera independiente. Cada revista lleva a cabo una selección propia de textos, por ejemplo, la alba de Londres también publica a autores del mundo ibérico (españoles y portugueses), pero nosotros no.
Comentáis en vuestra página web que os habéis encomendado la misión de descubrir los tesoros ocultos de la literatura latinoamericana. ¿Recibís muchas obras de los propios/as autores, o cómo hacéis para seleccionar desde Berlín los textos que se publican, teniendo que rastrear además un territorio tan amplio?
Prácticamente en la mayoría de los casos somos nosotros los que contactamos a los escritores o sus editoriales para pedirles su colaboración. Lo de descubrir nombres en la escena literaria de allá es en realidad una de las partes más fáciles en todo el proceso, ya que las personas que trabajamos en alba tenemos conexiones con el mundo editorial latinoamericano, y estas personas y sus propias redes son las que nos envían las recomendaciones.
Otras veces son los/as mismos/as autores los que llegan a Berlín. Muchas veces gracias a las becas que se ofrecen, y otras veces por el mero atractivo de la ciudad. Berlín sigue siendo un lugar en el que se instalan muchos escritores latinoamericanos.
Cuando uno abre la revista lo primero que llama la atención es la calidad de los materiales, la maquetación y el cuidado que se nota que ponéis en los elementos gráficos y las ilustraciones.
Sí, ese es un tema que cuidamos muchísimo y en donde se nos va buena parte del presupuesto. Queremos que la revista sea un objeto atractivo estéticamente. Las ilustraciones que aparecen en los artículos están hechas expresamente para la revista y están inspiradas en los propios textos. Tenemos también la suerte de contar con Manu Wolf como directora artística, que es una gran profesional de la maquetación, quizás una de las mejores en Alemania.
Otro de los temas que parece importante para vosotros es el de la traducción. Uno de los grandes valores de la revista es que ofrecéis todos los textos en su idioma original y en alemán.
Sí, además de descubrir talentos, otro de nuestros objetivos es hacerlos accesibles al público alemán. Nosotros hemos sido a veces los primeros en traducir al alemán a escritores que ahora tienen cierto renombre como Lina Meruane; y por la revista también han pasado nombres actuales reconocidos como Samanta Schweblin, Luis Cháves, Nona Fernández, Andrea Jeftanovic o Valeria Luiselli.
En algunos de nuestros números, además del español y el portugués, contamos con textos en idiomas indígenas, los cuales queremos presentar más allá del típico tratamiento ‘exótico’ que a menudo se les da.
En alba tratamos la traducción no solamente como un medio, sino como un fin en sí mismo. Muchos de los que trabajamos en la redacción somos traductores literarios y para nosotros la traducción también es un arte que merece reconocimiento, y por eso le dedicamos una sección fija en la revista (Traducción / Übersetzung), en donde tematizamos la traducción de literatura/poesía de forma ensayística o poética.
En otra de nuestras secciones fijas – Vermittler (Mediadores) – hablamos de personas que son una especie de ‘activistas literarios’, y trabajan por el intercambio humanista entre las culturas alemana e hispanohablante. Muchas de estas personas se dedicaron precisamente a la traducción, como por ejemplo Erich Arendt, el traductor de Neruda al alemán en la RDA.
¿Qué otras secciones fijas hay en la revista?
Aparte de las que he nombrado antes tenemos Panorama, donde ofrecemos reflexiones acerca del tema sobre el que gire el número, pues a veces hacemos números temáticos sobre países, como el número 10 relativo a México. Otras secciones fijas son Homenajes, Vanguardias; y en Berlinstant y Latininstant, intentamos ofrecer una perspectiva de Alemania vista desde Latinoamérica y viceversa.
En vuestro último número – el 11 – habéis cambiado el formato de la revista.
Sí, nuestra revista se puede comprar en la tienda online de nuestra página web (https://www.albamagazin.de/) pero también en algunas librerías (entre otras La Escalera, Bartleby y Andenbuch). En las librerías, la lucha principal es por el espacio en los expositores, por lo que hemos pensado que este nuevo formato más pequeño puede facilitarnos entrar más fácilmente en
lugares más visibles. También creemos que la gente está más dispuesta a pagar por un producto de calidad como el nuestro si se parece más a un libro que a una revista.
En España, a pesar de la cercanía del idioma, la literatura latinoamericana sigue siendo minoritaria. El cupo de las lecturas ‘exóticas’ está cubierto por los nórdicos, africanos y asiáticos. ¿Cómo es la situación en Alemania?
Aquí pasa un poco lo mismo. En 2013 hubo un repunte con Brasil como invitado especial en la feria de Fráncfort, pero después de eso la literatura latinoamericana ha vuelto a un lugar menor. Un motivo más para seguir con este proyecto tan bonito.
¿Qué planes tenéis para el futuro de la revista?
Bueno, obviamente queremos seguir creciendo y llegar a un máximo número posible de lectores. Siendo realistas, y considerando los recursos con los que contamos, queremos conseguir esto a través de la cooperación. Para el próximo número, por ejemplo, vamos a colaborar con otra revista, de la que aún no puedo darte el nombre.
Además de ser una necesidad, también forma parte de nuestra filosofía el trabajar junto con otra gente, en lugar de verlos como mera competencia de nuestro proyecto. Como feminista, creo que entre las mujeres tenemos que apoyarnos unas a otras, y esto se extiende también a este tipo de proyectos culturales como alba.
También queremos darle más visibilidad a los eventos y lecturas que organizamos regularmente, que para nosotros son muy importantes para fomentar el intercambio personal, y en los que el público también tiene la oportunidad de acercarse a los/as autores y a nuestro proyecto.
El resto de la charla transcurrió en un local cercano hablando de literatura, la escena berlinesa, Latinoamérica y el arte (y el placer) de traducir literatura. En todo momento Christiane no dejó de mostrarnos sus pequeñas y bellas criaturas de papel que con tanto esfuerzo saca adelante, y que tanta satisfacción le proporcionan.
Para encontrar la revista alba en la red: