Por Mario Orías La leona Me acaricia el pelo con dulzura. En su dedo índice enrolla lentamente un mechón de cabello. Lo suelta muy cerca de mis cejas. Cierro los ojos y, entregándome a las caricias, dejó caer el peso de mi cabeza sobre sus piernas. Desliza los dedos por mi cuero cabelludo. Empiezan cerca […]
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