Phoenix (2014), dirigida por Christian Petzold. Con las actuaciones de Nina Hoss y Ronald Zehrfeld. Simplemente una de las más extraordinarias películas del cine alemán actual.
Speak low
La primera escena es en un puente, de noche, un retén militar. Lo primero que se escucha es inglés. No, lo primero que se escucha son los acordes de una canción. Los aliados tienen el control. Es la posguerra. El auto es negro, elegante. Bonito auto, le dice el joven soldado norteamericano a la mujer al volante. Sobrevivió en Suiza, como yo, replica ella. A su lado, en el asiento del acompañante, una figura con el rostro completamente vendado. Como una máscara. Envuelta en una manta la figura trata de ocultarse. Que enseñe su rostro, le ordena el soldado. La mujer al volante le pide un momento. Desciende del coche. Viene de los campos – de concentración, le explica entonces en voz baja.
Speak low when you speak, love – Habla bajo cuando hables, amor, comienza diciendo la canción de esos acordes que en variaciones atravesarán toda la banda sonora – así como la canción, la película de principio a fin. Speak low, esa canción que Kurt Weill compuso con letra de Ogden Nash para el musical de Broadway One touch of Venus y que se convirtió en un hit en el año 1944 y luego en un clásico del jazz. Ava Gardner (doblada) la cantaría más tarde en la película –Venus era mujer, en español. La estatua de Venus se convierte en mujer y declara su amor y luego la nostalgia de este amor con esta canción. Speak low when you speak, love,/ Our summer day withers away / Too soon, too soon, suena la voz del disco en inglés. ¿Puedo volver a escucharla?, pregunta Nelly. Claro, le responde Lene. Ya no soporto escuchar música en alemán, agrega. ¿Volverás a cantarla para mí algún día?, pregunta. Nelly asiente, sin palabras. Su voz llegará poco a poco y finalmente con esa misma canción: Habla bajo cuando hables, amor /Nuestro día de verano se marchita / demasiado pronto, demasiado pronto.



Alemania Hora Cero
Corre junio de 1945 –el 9 de mayo Alemania ha firmado la capitulación. Lene, quien trabaja para la Jewish Agency, la Agencia Judía, trae de regreso a Berlín a Nelly, una sobreviviente de Auschwitz y su amiga de años antes de la guerra.
Nelly, la mujer de la máscara, se someterá a una operación de reconstitución facial. ¿A quién quiere parecerse?, le pregunta el médico. ¿A Zarah Leander? Bueno, ya no tantos se identifican con ella, agrega con ironía al referirse a la cantante ícono del régimen nazi. Quiero volver a ser la que era, responde Nelly con voz entrecortada. Difícil, muy difícil, replicará el médico, mejor es empezar de nuevo. Nelly ya no será la que era, pero contra toda advertencia de Lene, insistirá en buscar a Johnny, su esposo. Cuando lo encuentre, él no la reconocerá, pero percibirá un parecido con su esposa a la que cree muerta. Le propondrá entrenarla para hacerse pasar por ella y acceder así a la herencia que dejó la familia de Nelly, asesinada en la Shoa. Nelly acepta. Se convertirá en su propio doble. Ella solo ansía un reencuentro… ¿Pero quién es Johnny?
“El regreso a casa es el núcleo básico del relato, como en la Odisea”, señala Petzold. “El regreso de los soldados de Vietnam significó un nuevo cine, Cimino, La noche de los muertos vivientes, todos aquellos films. El neorrealismo es también un cine de regreso a casa, no sólo en el sentido de una road movie, sino para decir: ¿quiénes somos?, ¿qué es este país? El cine alemán se debía esta historia de regreso a casa en 1945, pero no la hizo: en ese momento los alemanes no quieren tener una imagen de sí mismos; son culpables y no quieren confrontarse con la propia culpabilidad. Esto es una cicatriz, una herida, que atraviesa nuestra historia cinematográfica hasta hoy”, agrega.
En Phoenix, Christian Petzold recurre al melodrama a la Douglas Sirk y al suspenso del cine negro de films norteamericanos como The face behind the mask /La máscara de fuego (1941) con Peter Lorre, o Out of the past /Retorno al pasado(1947) con Kirk Douglas y Robert Mitchum, un cine hecho también por muchos emigrados alemanes que huyeron del nazismo a EEUU, pero también a Vértigo de Hitchcock, para acercarse a esa herida abierta. Para contar 1945 en Alemania.


Noche y día
La devastación del rostro de Nelly –siempre oculta ante la cámara detrás de la máscara- es la devastación de la guerra. Entre los escombros de su antigua casa Nelly se verá reflejada, tras la operación, en un espejo partido. Ya no existo, constatará. Pero Phoenix no es un Trümmerfilm, como Die Mörder sind unter uns/ Los asesinos están entre nosotros (1946) de Wolfgang Staudte, un director de excepción en su época en su reelaboración del tema de la culpa y un film en el que también se inspira. Porque a diferencia de esos films semidocumentales que surgieron en los sectores bajo control de los aliados y tuvieron las ruinas de la posguerra como escenario, en Phoenix se actúa como si esas ruinas, esos Trümmer, esas ciudades hechas escombros, no existieran. Como si ya todo hubiese pasado y todo estuviese bien de nuevo. La vida sigue. Ni Nelly ni el pasado de la guerra con sus horrores existen en el film para esa sociedad que no quiere verlos. Son negados. Son fantasmas – Gespenster.


Night and day /Noche y día de Cole Porter toca la orquesta en el club nocturno Phoenix (Fénix) para una audiencia donde la principal clientela son las fuerzas norteamericanas de ocupación. Allí Nelly, que fue cantante y como un espectro sale de noche y se desliza por callejones oscuros donde su sombra se proyecta y agiganta como en los films de ese expresionismo alemán del que es heredero el cine negro, encontrará a Johnny, antes de la guerra, músico. Noche y día se imprimen en este film desde el comienzo. Desde esa escena inicial en la que el puente del retén militar se convierte en túnel que va de la oscuridad a la luz. El sótano donde vive Johnny y al que llevará a Nelly para entrenarla precisamente no será oscuro, porque por sus ventanas se colará la luz, el ruido de la vida que sigue.

„Es el laboratorio“, señala Petzold, y cita a Freud: recordar, recrear, extinguir. „Johnny intenta recordar cómo era Nelly para volver a hacerla, pero para extinguirla luego con el dinero. Ella juega a este juego con él porque quiere ser recreada. Ella ama sus recuerdos y quiere ser recreada. Pero está ese tercer paso, contra el que ella quiere luchar, y eso no es posible.“ El resultado es así una perversa y siempre ambigua coreografía de dos amantes. Ein Liebesversuch /Un experimento de amor es el título del cuento del autor y cineasta Alexander Kluge que el director destaca como una de las lecturas fundamentales que hizo todo el equipo: un provocador relato donde los sujetos de experimento son dos prisioneros de un campo de concentración.
Después de Auschwitz
¿Se puede escribir un poema después de Auschwitz? Famosa es la cita de Adorno que lo pone en cuestión. ¿Se puede hacer una película sobre Auschwitz? ¿Cómo dar cuenta cabal del horror? En Phoenix no hay escenas en campo de concentración, la violencia del rostro devastado solo se ve a través de la mirada de los otros. Y no obstante pocos films nos hacen asomarnos como Phoenix al abismo de Auschwitz y al horror porque lo hace asomándonos al abismo de la connivencia de una sociedad que lo hizo posible. ¿Un día en un tren, con un vestido rojo y zapatos de París? ¿Cómo regresaría alguien así de un campo de concentración?, pregunta Nelly. Harán preguntas. Nadie hará preguntas, replica Johnny. Y nadie pregunta.
Una como siempre extraordinaria Nina Hoss; una de esas inolvidables parejas del cine de Petzold, esas parejas en las que siempre está la melancolía de lo que fue y de lo que pudo ser, aquí como en el film Barbara con Ronald Zehrfeld, también en una excelente actuación; la dirección de Petzold en una brillante colaboración con su maestro el cineasta Harun Farocki hacen de Phoenix un film único que parte del artificio del melodrama y el cine negro para convertirse casi en un film de cámara y luego poco a poco ir desprendiéndose de todo artificio hasta quedar reducido a su más mínima etérea pero potentísima expresión: el pianista y la cantante ante el público y un momento de verdad irrecusable. Una canción que lo dice todo.
Speak low when you speak, love,
Our summer day withers away
Too soon, too soon.
Speak low when you speak, love,
Our moment is swift, like ships adrift,
We’re swept apart too soon.
Speak low, darling speak low,
Love is a spark lost in the dark,
Too soon, too soon
Habla bajo cuando hables, amor
Nuestro día de verano se marchita
Demasiado pronto, demasiado pronto
Habla bajo, cuando hables, amor
Nuestro momento es rápido, como barcos a la deriva,
Somos arrrastrados lejos demasiado pronto
Habla bajo, cariño, habla bajo,
El amor es una chispa perdida en la oscuridad
Demasiado pronto, demasiado pronto
Trailer PHOENIX (2014) subt. español
Afiche alemán ©Piffi Medien. Todas restantes imágenes: ©Christian Schulz
Phoenix se puede ver subtitulada en diversas plataformas de streaming, entre ellas en Mubi.