Diverso

El Parlamento alemán ha reconocido una tercera opción en los registros de nacimiento. Ahora los padres pueden decidir si el nuevo bebé es ‘chico’, ‘chica’ o ‘diverso’ (en buen alemán: männlich, weiblich y divers) . Y como siempre, no todo el mundo está feliz con la nueva medida. Para los espíritus conservadores esto va demasiado lejos, y para los progresistas, la nueva ley se queda corta.

Esta es, por lo pronto, la última etapa de un debate que se viene desarrollando desde hace años en Alemania. En noviembre de 2017, la Corte Constitucional Federal (Bundesverfassungsgericht) solicitó la introducción del tercer género en los registros de nacimiento. La Corte dejó en manos del Parlamento la creación de una ley que cobijase a las personas intersexuales, es decir, a quienes nacen con ambos sexos y de quienes, a una edad tan temprana, no se puede decir si más tarde van elegir ser hombre, mujer, o ambas cosas. La casilla ‘diverso’ permite el cambio una vez la persona esté segura de su sexualidad.

La polémica está en un detalle clave de la ley: para que una recién nacida sea clasificada como ‘diversa’, los padres tienen que presentar un certificado médico que acredite esta ambigüedad. Un simple examen físico, o un análisis de los cromosomas, puede determinar que una persona no pertenece a ninguno de los dos sexos convencionales. Pero, según la comunidad LGTB, los Verdes, y otros grupos, un examen médico a una recién nacida solo tendrá en cuenta las características físicas, mas no los factores sociales y psicológicos que entrarán a jugar más tarde un rol importante en el desarrollo de su personalidad. Se trata de los mismos factores que pueden llevar a una persona biológicamente considerada como mujer en razón de sus ovarios, o como hombre, por sus evidentes testículos, a sentirse no obstante en desacuerdo con su biología. Así que, aunque la ley es un avance, no cubre todavía a aquellos que sin ser intersexuales no se identifican emocionalmente con el sexo que les correspondió en suerte.

Hay países como, la India, Nepal, Australia y Nueva Zelanda, que reconocen legalmente desde hace tiempo la intersexualidad. La oficina de derechos humanos de Naciones Unidas tiene una sección dedicada a la igualdad de la comunidad LGTB que defiende la libertad de la opción sexual. En Alemania, desde 2013 ya era posible que los padres no rellenaran, si no querían, la casilla de sexo de sus hijos al ser registrados. Pero ahora Alemania se convierte por ley en el primer país de Europa en introducir la tercera casilla, dejando abierta la opción. Esto viene a ser quizá lo más revolucionario de la nueva ley porque representa claramente una posición contra la discriminación de la que ha sido víctima siempre esta población.

Y esto es justamente lo que molesta de esta ley a los grupos conservadores: que deja abierta la posibilidad para que una persona decida, en un determinado momento de su vida, cambiar de sexo. En la práctica esto ya sucede, pero ahora será reconocido legalmente. Los conservadores dicen que el sexo es algo parecido a la edad, cosas que están claras desde el comienzo y punto.

Hasta el momento, la necesidad de definir un sexo específico en caso de duda al momento de nacer, ha llevado a padres y médicos a intervenir quirúrgicamente, eligiendo ellos el sexo que les parece más adecuado. La nueva ley permitirá a los padres esperar a ver cómo se revela el hijo/hija, y que sea él/ella quien lo decida. La tercera casilla podría permitir también la opción ‘neutral’. Ni hombre ni mujer ni las dos cosas, para los que no están a gusto con ninguna de las opciones del menú. Ya se verá qué pasa en la marcha.

Mientras tanto, hay otro asunto, que aunque aparentemente no tiene mucho que ver con esta nueva legislación, está relacionado con la legalización de la tercera opción. Es el asunto lingüístico. El movimiento intersexual internacional quiere además -y razón no le falta- una modificación de la lengua que incluya una categoría que no es ni masculina ni femenina. Una categoría X que debería servir para las terminaciones de los artículos, sustantivos, adjetivos y todo lo que esté determinado por el género, en este caso, por la ausencia de género específico, cuando se esté hablando de una persona intersexual. En inglés ya se ha propuesto Mx para designar a alguien que no es ni Mr ni Mrs, ni Ms. En español podría ser Sx. ¿En alemán? El alemán tiene la ventaja de que su gramática incluye un género neutro. No debería ser muy difícil buscar una salida por este lado. Sin embargo, una reforma lingüística en este sentido no parece estar a la vuelta de la esquina.

Ilustraciones cedidas por Jordi Bisquert : https://www.etsy.com/shop/JordiBisquert

Amira Armenta

Todo me interesa... en mayor o menor medida.