Berlín, al modo de los libros medievales, que se iluminaban con ilustraciones de vivos colores, es una ciudad iluminada. Las ilustraciones de Berlín son sus murales.
Todos los barrios están plagados de ellos y de alguna manera ilustran la historia de la ciudad desde los años sesenta, en que empezaron a hacerse, hasta nuestros días. Tanto en los murales que nos han llegado de esa época de enclaustramiento intramuro, como en los que hemos perdido por la voracidad constructiva de esta década, como en los más recientes, como los de los artistas valencianos PichiAvo. El propio muro era en sí mismo una enorme galería de grafitis convertidos hoy en reclamo turístico. Más allá de ese reclamo mercantilista, están los otros, los murales que cubren inmensas paredes medianeras surgidas después de los bombardeos de la guerra.
Para hablar del legado artístico de las calles de nuestra ciudad nos hemos reunido con una experta en arte, la chilena FRANCISCA CRUZ, quien durante muchos años pateó la ciudad a la busca y captura, captura fotográfica en su caso, de los murales de Berlín, para configurar su personal muralogía berlinesa.
¡Aviso! En este artículo no hemos incluido los murales de los que se habla en la entrevista. Animamos a los lectores de DESBANDADA a descubrirlos por sí mismos.
Redacción Desbandada
Hola, ¿cómo estás?
Hola.
Te voy a pedir en primer lugar que te presentes.

Bueno, me llamo Francisca cruz. Soy chilena. Llegué aquí con treinta años y estudié Historia del Arte, y cuando terminé de estudiar tuve la suerte de poder trabajar en los museos estatales de Berlín, y desde entonces me dedico a eso, trabajo en un museo y en una colección privada.
¿En qué museo trabajas?
En la Alte Nationalgalerie, pero empecé trabajando en la Neue Nationalgalerie. También trabajé en proyectos en el Hamburger Bahnhof y en el Moritzburg en Halle an der Saale.
La Nationalgalerie en Berlín, ¿qué función cumple?
Bueno, la Nationalgalerie es la institución artística museal más importante de Alemania. Es un politikum. No es simplemente un museo. No representa la posición del Estado alemán en absoluto, pero representa el arte alemán, en cierta forma la cultura también. Fue creada para eso, aún cuando con el tiempo ha coleccionado también pintura europea.
Entonces, no corresponde al Louvre o a El Prado.
Sí, por ser la institución museal más importante en Alemania. Pero no sólo es importante sólo por su colección, sino por lo que representa como institución formadora que quiere que el arte se difunda, se conozca, que se haga arte, que se haga cultura, que se haga educación cultural y artística.
¿Qué museos incluye?
Tiene en este momento cinco museos. Partiendo por la casa matriz, o sea la Alte Nationalgalerie, que está en la Isla de los Museos y su colección es del siglo XIX. Luego está la Neue Nationalgalerie con la colección del arte del siglo XX y que se construyó como segundo museo de la Nationalgalerie en Berlín occidental, porque todas las instituciones culturales habían quedado en Berlín oriental. El Hamburger Bahnhof, con la colección de arte contemporáneo a partir de los años 60 y de arte del presente, y de hecho se llama también así, Museo para el Presente (Museum für Gegenwart). Y luego está la Colección Scharf-Gerstenberg, y el Museo Berggruen, que son dos museos especiales, chiquititos, que fueron creados a partir de colecciones privadas que se donaron o fueron adquiridas por la Nationalgalerie. Todo esto pertenece a los Staatliche Museen zu Berlin, que son dieciocho museos; los Staatliche Museen pertenecen a su vez a la Stiftung Preußische Kulturbesitz. Es toda una institución cultural, y es la más importante en Alemania.
Nos hemos reunido para hablar de ese arte con el que convivimos en las calles de Berlín, que incluye todo lo que vemos, o que a veces no vemos, pasamos al lado quizá sin valorarlo, que son los murales de Berlín. Y tu interés por los murales de Berlín viene de lejos. Quizá puedes contar de dónde viene tu interés.
No, lo que yo te contaba hace un rato es que mi acercamiento de Berlín no tiene un…, no es un acercamiento conceptual. Seguramente tiene que ver con mi formación, pero más bien es un interés visual, que partió en forma…, simplemente por un enganche visual: recorrer la ciudad en aquella época, hace más de treinta años, y darte cuenta de que había muchos murales y que tienen una intención. No es una casualidad, no están ahí como un simple grafitti. No quiero decir que el grafitti sea simple, pero tenían un intención, una planificación, y empecé como a buscarlos en la ciudad. No sé si tiene una conexión con mi profesión directamente, yo creo que más bien se basa en mi interés por Berlín, por la ciudad, por conocer su desarrollo, por ver y documentar cómo iba cambiando. Cuando empecé a darme cuenta de estos murales, empecé a buscar y a buscar más y al tiempo empecé a darme cuenta de que también desaparecían muy pronto: había un mural que yo había visto hacía dos meses, y de pronto estaban construyendo algo de manera que desapareció el mural. Entonces, ese fenómenos fue el que me empezó a interesar también, cómo la ciudad iba cambiando, ese proceso, y al ir descubriendo más y más murales, empecé a tener más interés por su historia, cómo habían surgido, y llegué a la conclusión a través de la poca literatura que hay que fue un movimiento que empezó a ambos lados del muro, tanto en Ostberlin como en Westberlin, más o menos, es lo que yo calculo, a finales de los 70 o principios de los 80, cuando empezaron a haber cambios radicales en la ciudad, cuando empezó a haber ocupaciones de casas, y ese tipo de procesos.
Crees que tiene que ver con un periodo de revuelta, de rebeldía, de enfrentamiento…
Sí, creo que tiene que ver con una posición alternativa, con el principio de los movimientos alternativos en Alemania, y sobre todo aquí en Westberlin que es donde más fuerte se vivió [de hecho, ella misma vive en una casa donde se estableció una comuna que sigue funcionando como tal, en el barrio de Kreuzberg]. En un momento dado yo llegué a esa conclusión, pero tampoco estoy segura de que eso sea así porque hay muy poca investigación al respecto. Yo en realidad conozco un pequeño librito, que es este, que te lo acabo de mostrar, y ahí empecé a leer un poco. Está claro que existió un cierto movimiento apoyado en parte por la ciudad.
¿Los artistas estaban relacionados entre sí? ¿Había un lugar de encuentro? ¿Eran artistas de Berlín, o eran artistas que venían aquí?
Eso no lo sé. Yo tengo un acercamiento muy emocional.
¿Y qué ves en los murales cuando te enfrentas a ellos?
Yo creo que más importante que el mural en sí, o lo que me puede decir el mural… el mural te plantea una situación que no pertenece a ahí, que está claro que es una situación perecible, temporal, no pertenece ahí y cambia totalmente el contexto de la situación arquitectónica y urbana. Si ese mural no estuviera, la situación sería otra, sería una situación “normal”. Pero con el mural ahí, eso acarrea una situación que no tiene nada que ver con la situación real. Y en realidad es eso lo que me llama la atención.
¿Este efecto es igual si está en una pared o está en una fachada?
Da lo mismo donde está. El hecho es que logra un cambio… o sea, ocurre una intervención, yo casi lo veo como un collage dentro de la escena urbana. El collage está formado por elementos absolutamente cotidianos a los cuales se los saca de su contexto habitual y se los compone en otra situación completamente diferente. Y el mural tiene casi esa función para mí, yo los veo así, como que fueran parte del collage urbano y eso me transforma la situación cotidiana. Las calles, el metro, la gente, los edificios, no son el collage, esa es la realidad, esos elementos no están sacados de su contexto habitual. Lo que está sacado de su contexto habitual es que la pared aquella, que en realidad es una pared cortafuegos, está pintada, tiene una imagen, está intervenida. Eso es el collage. Obviamente que hay murales mejores que otros, con más contenido, con menos contenido, hay unos más estéticos, menos estéticos…
¿Crees que el mural siempre tiene que tener un contenido ideológico? No lo digo en el sentido político.
No puedes decir “tiene que”, porque actualmente por ejemplo la propaganda ya se enteró de que es una forma muy eficiente de hacer publicidad y aquí mismo, en esta calle, al llegar a Moritzplatz hay una pared que la están usando cotidianamente con murales, son murales gigantes, pero de publicidad. Eso en los años 80 no existía, pero sí que había existido antes de la guerra, había publicidad en estas grandes paredes antifuego.
En algún momento en Berlín se estableció la obligación de construir paredes medianeras de casi un metro de grosor, que sirvieran de cortafuegos ante la proliferación de los incendios en el siglo XIX, y que más tarde, en los bombardeos de la ciudad durante la II Guerra Mundial, permitieron que las casas colindantes con otras en las que había caído una bomba, permanecieran en pie, haciendo aflorar de esa manera todas esas superficies exentas.
¿Has notado a lo largo de los años un cambio en el estilo de los murales?
Definitivamente. Pero obviamente que los artistas que había en los años 80 no son los mismos que ahora, sin embargo hay un artista que es mi favorito. Se llama Gert Neuhaus que pinta de forma muy realista pero muy ilusionista al mismo tiempo. Juega mucho con lo que estábamos hablando… Y he visto un mural nuevo de él hace poco.
El trampantojo, que es un efecto barroco.
Exactamente, en una superficie de dos dimensiones se puede lograr una profundidad tal que pareciera que son tres dimensiones.
En tu libro aparece alguno. ¿Recuerdas alguno que exista todavía?
Sí. El que sé que existe es este que está en la portada. Está en la estación de metro Möckernbrücke, en la salida en dirección hacia Kreuzberg, hacia Kotti. Es un mural precioso y además es muy surrealista, es la continuación del edificio dando la vuelta en la esquina, pero al mismo tiempo es una cortina…
Que está medio descorrida, y que tiene un fondo que es el parque que hay detrás de la casa.
Es una continuidad visual de la realidad pero distorsionada y muy surrealista.
Casi parece un cuento de Cortázar.
Exactamente. Y además al mismo tiempo limita con el cielo real. Es uno de mis favoritos, es muy bonito, muy interesante, y está un poquito abandonado, debería ser restaurado, en realidad.
Claro, no hay un trabajo de restauración…
No hay una política para restaurar, pero sí que se restauran.
Justamente esta semana pasada que hubo el festival de murales de Berlín como te comentaba hay un mural que se ha copiado porque se construyó delante, el que estaba en la estación de Tiergarten de la S-Bahn, y que ahora han hecho una copia en Wedding, en Westhafen. ¿Qué otros murales del libro te gustan?
Este es muy especial. Es también de Gert Neuhaus. La página 97. Es una cremallera. No me puedo explicar, aunque he estado muchas veces delante, cómo es que él logró este efecto… estas dos partes son las originales de ladrillo.
Puso el yeso encima para pintar encima dejando parte del ladrillo visto.
Es realmente una obra maestra. Está tan bien hecho. Es digamos… vendría a ser lo que es el edificio en el fondo y por delante la cremallera abierta.
La concepción es muy interesante, porque es al revés, quiero decir, lo que se ve cuando se cae el yeso es el ladrillo, pero él lo que está diciendo es que al abrir el ladrillo aparece la fachada. Osea que el ladrillo, que es lo que se esconde bajo la fachada, es la fachada de la fachada.
Esta es una obra de arte en diseño…
Entonces lo que te atrae es el concepto…
(risas) No, pero ya expliqué qué es lo que me atrae. Pero este tiene un valor especial para mí porque yo estudié una año diseño en Chile y en una revista de diseño gráfico se publicó este mural. Y cuando llegué a Berlín viví a 80 metros de este lugar. El día que lo vi fue para mí un impacto. Una cosa que siempre me había parecido maravillosa.
¿Qué otro mural te gusta? Aquel que parece la entrada de una casa. Y el de esa otra página también lo comentábamos antes.
Este es muy curioso, la verdad.
¿Ese dónde está?
En la Tegelerstr., camino hacia el aeropuerto, pasado el puente que hay detrás del Palacio de Charlottenburg, por donde pasa el bus109.
Y existe todavía.
Sí, aún existe. Aquí dice que el autor es Gerard Andreés, y está hecho en 1983.
¿En que estado estará?
Está bastante oscuro. No tengo una especial relación formal con el mural. Lo que pasa es que lo veía todos los fines de semana en un tiempo que iba a cuidar a unas personas minusválidas, y yo pasaba el puente, veía el mural, y me iba a trabajar. Entonces tengo una relación emocional. Muchos de estos murales tienen esa relación, con mi vida personal en Berlín.
Es parte de nuestra cotidianidad. No creo que haya nadie que no tenga que pasar al lado de algún mural en su vida cotidiana en Berlín.
Yo no sé si todo el mundo ve los murales.
Han quedado invisibilizados con nuestros…. ¿Ese dónde está con esas casitas?
Esto si no me equivoco es en Spandau. El que más me gusta… no me acuerdo de la calle, paso por delante todos los días. Está en una pared cortafuegos, y es una distorsión con espejos.
¿Qué se ve en el mural?
Se ven unos pedazos de espejos rotos.
Y en los espejos, ¿qué se refleja?
En los espejos se ven reflejos del edificio real de modo que tú realmente no sabes qué es realidad. El edificio termina y tiene una pared cortafuegos. Y en la pared cortafuegos hay una continuación del edificio, no de la fachada sino de la esquina. Y hay una distorsión con espejos. Sabes obviamente que es una pared plana, pero está tan bien hecho que…
Es hiperrealismo.
No, es surrealista. El contenido es surrealista… Este por ejemplo es un mural que se veía, no sé si se ve todavía, desde la S-Bahn. Esto está entre Yorkstr. y Schöneberg.
No, eso ya no existe.
Esto eran casas de ocupas.
No, pero esa casa de ocupas tiene otro mural.
Del costado hay otro que está mostrando el dedo del corazón a la policía.
Ese de la manifestación y la policía existe todavía, y se ve cuando el tren se mete en el túnel antes de Anhalter Bahnhof.
Pero ahora que lo pienso mejor, esto no se ve desde la S-Bahn porque está por el costado.
¡Este es uno muy especial!
Este es de un tipo que se llama Klaus Duboir, y de Gerd Wulff, y es de 1982. Ya no existe. Este lo fuimos a fotografiar juntos hace muchísimos años, en el auto rojo de Víctor. Es un detalle de la Bauhaustreppe, de Oskar Schlemmer, es un pequeño detalle, y está en esa calle enorme que va paralela a la S-Bahn poco antes de llegar a Ikea de Schöneberg.
Ahí hay un mural con aviones.
Ese siempre estuvo y sigue estando ahí. Antes de eso, dos edificios antes estaba este. Me gusta por el motivo de la Bauhaustreppe de Schlemmer.
Hay un despilfarro de fantasía en estos murales impresionante, ¿no?
Impresionante, sí
A mí me recuerda a cierto tipo de cine fantástico de los años 80, con música de rock sinfónico, al menos lo que se ve en este libro.
El libro explica que en muchos de estos murales al Auftraggeber (cómo se dice en español, ¿promotor?, ¿mecenas?) era el Land Berlin, es decir, el Estado de Berlín.
Eso ya no existe, ¿no? ¿Quién encarga los murales hoy en día? ¿Lo hacen a costa propia, o cómo? ¿Quién paga los materiales, la infraestructura, los permisos?
Es que no pueden hacerlo a costa propia. Ahora hay que preguntarse por qué el Senado de Berlin tenía este interés… O sea, si miras este librito, la mayoría de estos murales están encargados por Berlin. No sé, para hablar con más propiedad habría que hacer una pequeña investigación.
¿Los murales actuales te subyugan tanto como los de los años 80 o 90?F.C.- La verdad es que a mí ahora me interesa el Street Art y hay un par de cosas que me interesan mucho. Por ejemplo los stencils (Schablonen, en alemán), es una técnica que pareciera simple, pero cuando lo haces en un formato grande, en una pared cortafuegos, es un trabajo impresionante. Se llama así porque se usa una plantilla de papel o cartón, y luego se pinta, ya sea con spray o… Uno de los más importantes, y que es realmente excelente, es el cosmonauta que está en la Marianenstr. con la Skalitzer Straße.
En blanco y negro.
Esos murales me interesan mucho.
¿Qué te parecen los esgrafiados? Hay uno en la Hauptstr., otro en la discoteca Maria, en frente del río.
Uno de esos vi también en Londres, es un artista que va por todo el mundo. No me llama tanto la atención. Está bien hecho, es una técnica impecable, ¿no? El tipo hace una proyección, eso es lo que yo sé.
¿Qué te parece que Banksy no haya pintado nunca en Berlín? Que yo sepa.
Yo tampoco sé dónde ha pintado Banksy en Berlín. En Estambul tiene algo, y en Palestina tiene el hotel.
Bueno, pues hasta aquí. Muchas gracias por tus comentarios. Y a ver si los lectores añaden sus experiencias y vivencias en torno a los murales.
Pucha, me dieron ganas de ver las diapositivas de mis murales ahora, ¿dónde las tengo?
Extra: Murales de los artistas valencianos PichiAvo musicalizados por músicos latinos.
Fotografías: ©Iñaki Tarrés
SALU2 Y GRACIAS A TO2 LOS IMPLICA2 E INTERESA2 EN LOS CUIDA2 DEL ARTE en cualquier P-ARTE
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