Un relato de J. A. Menéndez-Conde. Los zorros no muestran ojos de arrepentimiento antes de morir. No importa si caen en una trampa y están arrinconados en una esquina, no parecen sentirse culpables por la sangre que han derramado. Eso me gusta. Los zorros no son de los que se ponen de rodillas y tratan […]
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