La gripe ocasiona cada año en todo el mundo entre 250.000 y 500.000 defunciones, de acuerdo con cálculos de la OMS. En el 2019 en España se contagiaron 525.300 personas de las cuales murieron 6.300.
Covid-19: 15 de marzo 2020: 168.060 infectados y 6495 muertos 3,86% de mortalidad, 77126 curados, 45,9% de curación espontánea, de momento. Faltan datos por edades. Y habría que tener en cuenta, aunque hoy lo tomamos como si fuese un comentario cínico, que a partir de los 80 años la gente se suele morir.

En Alemania, hasta el 15 de marzo de 2020 había 5.592 infectados y, atención al dato, 13 muertos (datos del Bild 16 de marzo de 2020). Lo cual significa una mortandad del 0,23%. El último caso, de ayer, una mujer de 84 años de NRW, que estaba muy enferma. En China el 78% de los mayores de 80 años sobreviven al virus (Datos de la WHO, Spiegel 14.03.2020). En España 7.900 infectados y 293 muertos. Por algún motivo en España en particular no se facilitan datos de las edades de los muertos.
Además hay que tener en cuenta que el numero de muertes es real mientras que el de contagiados no, ya que no se esta pasando el test a la mayoría de la población. Esto significa que la tasa de mortalidad será, con toda probabilidad, mucho menor que las que he calculado arriba.
Un problema general es que no nos han enseñado a entender las estadísticas, con lo cual se toman los datos al pie de la letra. Los únicos dato reales son los de las muertes, y falta información para interpretarlos correctamente, por ejemplo edades y comorbididades.
Y todo eso sin contar el factor pánico, que puede agravar los cuadros clínicos.
Spiegel 14, de marzo de 2020. Artículo de epidemiología, ¡sin datos!. Cita: «La buena noticia es: para la mayoría de las personas contagiadas por el Covid-19 el curso de la enfermedad será leve, un poco de tos y algo de fiebre. Eso es todo. Muchos ni notarán que están contagiados”. A pesar de esto, han bastado dos campana de Gauss superpuestas para convencernos de la necesidad de tomar medidas extremas nunca vistas. Iremos viendo las consecuencias.
Muchos creo que conocen la historieta del niño que asustaba a la gente gritando «¡Que viene el lobo!
Sé que puede analizarse el cuento incluso hablando desde la perspectiva del lobito bueno, del príncipe malo (La canción del cantautor comenzaba: Erase una vez) . He leído, escrito por gente que sabe más que yo sobre los lobos, los príncipes, y sobre los «anthropos». Uno de estos últimos hipotetiza diciendo que la reacción preconsciente a reaccionar ante algo que se acerca velozmente, tiene que ver con lo que se conoce con el instinto de supervivencia, que es anterior a la conciencia y lo comparten muchas especies inferiores. Hoy ha muerto en España un hombre por coronavirus que no tenía enfermedades previas, ni mala salud, ni edad estadísticamente para morir. Era un guardia civil… No sé que pensar de los que no solo no reaccionan ante el grito ¡Que biene el lobo! Ayer me preguntaba en mi Facebook ¿Qué es mejor tener un amigo valiente muerto o un amigo cobarde vivo? Yo tengo apego a la vida aunque sé que voy a morir, lo que no me gustaría es estár muerto en vida.
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